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REVISIÓN DE LIBROS ESENCIA DEL YOGA
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*** Este libro de Sivananda satisface una demanda que muchos lectores y buscadores han formulado - aquella de cómo llegar a ser yogui (1) - y que, en caso de ser atendida, es contestada habitualmente con una alucinante (¡exótica!) relación de prácticas y experiencias, por si no con un discurso metafísico ininteligible o un tecnicismo que ignora la 'razón vital', desconoce el entramado cultural o raya en el simplismo. Fue escrito con el propósito de educar las expectativas del aspirante antes que dejarlo a su suerte o conducirlo casi 'a ciegas' por el juego de metalógicas que participan en el peregrinaje yóguico. Es un acto de amor y responsabilidad de la Maestría ante una evidente proliferación de sectas y discursos que hospeda la India (cuna secular del Yoga) y ante la modesta (o exquisita) perspectiva que el neófito suele tener, cosa que no necesariamente se asocia con la simplicidad (o complejidad) cognoscitiva del aspirante. *** La obra en su conjunto tiene, entonces, una vocación catequética (2) y, por motivos de revisión y reseña, nuestro ojo analítico la divide en siete secciones: la primera es ceremonial; la segunda, introductoria (filosófica); la tercera, sistemática; la cuarta, práctica (disciplinaria); la quinta, psicofilosófica; la sexta, oratorial (desiderática) y la séptima, de consolidación ([para]dialógica) (3). *** La sección ceremonial, aquí como en todas las obras de Sivananda, es realizada por la oración. Ya dice el autor en este mismo tratado que la oración es el inicio del Yoga, su primer miembro (=Anga) importante y su práctica espiritual (=Sadhana) preliminar (Cf. pp. 15). Nos postramos, pues, ante el Creador y pedimos la asistencia de la Madre Divina. *** La sección introductoria - filosófica en sustancia - reflexiona sobre el propósito de vida y el sentido del legado espiritual indio. Sobre el primer tema, la existencia visible, fenomenal del hombre es puesta en relación con su [in-sistencia] invisible, real. Ésta es el campo eterno y glorioso; aquélla, la sombra pasajera, evolucionaria y, por lo mismo, dolorosa. Entrar en contacto con la [in-sistencia] supone una liberación - moksha (valor trascendental, infinito de la vida) - en la que encuentran su sentido final el dharma (valor ético y moral), artha (valor material) y kama (valor vital). El propósito de la vida humana es, se añade, la realización y la experiencia de la "Verdad-que-es-Una" y que debe ser el lecho de toda virtud y de todo sistema social que se precien de efectivos. Quien logra este objetivo mediante la retracción de los sentidos y la mente es el verdadero héroe. Obstáculos para este designio son - en opinión de Sivananda - el materialismo, el ateísmo, el escepticismo y el agnosticismo, que han infestado los corazones y las mentes de los hombres. *** A continuación, el Yogui rinde un homenaje a la espiritualidad hindú y su plasmación particular en el Vedanta. De la primera resalta su carácter pionero y - quizás - arquetípico, al ofrecer no sólo doctrinas especulativas sino experiencias íntimas con el Absoluto; al producir no sólo ríos de buscadores sino también expositores vivos de sus afanes: hombres [y mujeres, añadimos] iluminados, santos y sabios. Al Vedanta, por su parte, atribuye no la condición de secta o credo, sino la de ciencia de la Realidad Absoluta, la única propiciadora de Vida, la que funde en su seno las diversas visiones de la Vida (?). Y será este Vedanta, filosófico y vital, quien proclame la esencia y destino divinos del viviente humano, sin exclusiones de ningún tipo. *** Mientras que la Vida Profana está alimentada por y orientada hacia una cultura del ego(centr-)ísmo, la separatividad, la competitividad, la eficiencia, la búsqueda de satisfacciones (placer) y poder; la Vida Divina lo estará por el sentimiento de Unidad, Universalidad, Virtud, Verdad, Amor. Y a ésta apunta el legado espiritual indio que, desde antiguo, ha levantado los más hondos temas de la vida, cuestionado las limitaciones atribuidas a la existencia humana, aventurado soluciones atrevidas a contracorriente y pesar del mundo fisicista y materialista circundante; que desde antiguo ha elaborado métodos y disciplinas para actualizar los potenciales morales e intelectuales, [psicofísicos] y espirituales, para contrarrestar la infelicidad y adquirir paz y perfección reales; que ha aprehendido y realizado la verdad espiritual y, por último, ofrecido sus logros y conquistas al bienestar de la humanidad toda. *** Recapitulando, podríamos sintetizar esta sección en cuatro líneas discursivas: 1. Una apología a la Vida Divina acá en la Tierra y allende ella, 2. La afirmación de la anterior como el substrato para toda vida genuina a escala inter-individual e inter-naciones, 3. la postulación del Dharma como su principio efector y 4. Un homenaje a la India como cuna secular de la Sabiduría (actitud y conocimiento) y centro temporal de irradiación de estos nobles valores. *** La sección sistemática cubrirá los capítulos uno al cuatro. Se desarrolla la idea del Yoga y se pasa revista a sus modalidades: Karma, Bhakti, Raja, Hatha y Kundalini, pero son las tres primeras las que dominan la exposición y, por tanto, las que atenderemos en la presente revisión. *** Si lo que se trata es de categorizar al Yoga, Sivananda lo hace en dos clases: una 'ciencia exacta' y un 'sistema práctico de auto-cultura'. Si lo que se trata es de definirlo, Sivananda ve en éste, alternativamente, la 'disciplina de la mente, los sentidos y el cuerpo físico' - cuando lo mira hacia abajo; y la "vida eterna en el alma o el espíritu", o la "comunión con el Señor" - cuando lo mira hacia arriba. Cuando se trata de operacionalizar, nuestro autor apunta a la "separación de los sentidos del universo objetivo y la concentración de la mente al interior". Llegado el tiempo de proclamar sus beneficios, Sivananda es pródigo y exhaustivo: 'coordinación y control de las fuerzas sutiles dentro del cuerpo', 'perfección', 'paz' y 'felicidad' - son algunas de sus felices respuestas. *** Luego de algunos apuntes en relación con la figura del Maestro (su indispensabilidad), las cualidades requeridas del aspirante (morales y comportamentales) y los obstáculos para el Yoga ([egoicas], [hedónicas] y [sed de poderes], para sintetizar) toca su turno a la presentación de las ya anunciadas vías. Nos detendremos lo necesario en esta revisión. *** La exposición se inicia con el Karma Yoga. Karma es toda acción (o trabajo), desde la funcional (de los órganos) a la espiritual (de los rituales y sacrificios), pasando por la secular (de la vida social), sea intelectual o física. La tendencia natural de la mente es transaccional y fruitiva, alimentando con ello el ego y las ataduras. Karma Yoga le hace frente transmutando todo karma (en el sentido expuesto) en kriya. La clave de Karma Yoga es el servicio desinteresado en espíritu, mente y corazón; que ¿cómo se logra eso? - teniendo como referente de toda nuestra acción al mismísimo Dios y haciéndonos poseer integralmente por Él. He aquí la solidaridad de Karma y Bhakti Yoga. *** Se ha dicho en otra parte (4) que el entrenamiento en la Vía de la Acción es el más sencillo. De la lectura de Sivananda otra imagen emerge, pues Karma Yoga nos enfrenta nada menos que a nuestras propias miserias, recónditas o superficiales, más o menos enmascaradas con los recursos y artificios que nos presta la sociedad. Son tales constructos personales (5) los que se verán interpelados en esta vía, y la mente así herida se batirá a duelo con toda su artillería al punto de instigarnos con dislecturas o racionalizaciones a la retirada. Una sabrosa anécdota de la enseñanza gandhiana, emblemática del estilo de Karma Yoga, es ofrecida aquí. *** Pero Karma Yoga no se gasta sólo con el buen propósito y la renuncia a los frutos de nuestras obras. También le incumbe la ética de la acción en este campo de juego que es la Vida y que nos corresponde arrostrar. Para ello dispone de la reflexión, la consulta a la Maestría y las Escrituras y, en último término, apela a la Voz Interior, instancia metafísica que eclosionará en y con la práctica del Yoga. *** Y si el servicio desinteresado es la clave del Yoga de la Acción, la del Yoga de la Devoción (Bhakti) lo será el intenso e incondicionado amor a Dios y a todas sus criaturas. El Bhakta (devoto) no se cuestiona la Existencia Divina. Sabe que está más allá de toda dialéctica y que, en el mejor de los casos sólo podrá subdemostrarse por mediación del intelecto (Sivananda ve en la imposibilidad-de-la-negación-del-Yo-de-la-experiencia y en el reconocimiento-de-la-verdadera-identidad-de-ese-Yo un recurso conducente). Pero a esta falta de autosatisfacción de la mente compensa (¡y con creces!) la autorrevelación de Dios a su devoto amante y amado. Amor, Verdad y Dios son sinónimos en Bhakti Yoga; es Bhakti la base de toda vida religiosa y, contra el prejuicio común, su caudal no antagoniza con Jnana (la Sabiduría) sino que desemboca en ella. Nueve son las modalidades de Bhakti que la Tradición se ha encargado en consagrar: Sravana, Kirtana, Smarana, Pada-seva, Archana, Vandana, Dasya-Bhava, Sakhya-Bhava y Atma-Nivedana (6). Su desarrollo por el discípulo será gradual. *** Llegamos, finalmente, al Raja Yoga (Yoga Real). Aquí no se tratará sólo de exponer sus etapas o miembros (7) sino de comprender su psicología. Con este fin, el autor acude a 1. una taxonomía (regiones ontológicas) del Ser y 2. una taxonomía de los principios constitutivos del viviente humano. La primera, que atiende a la Manifestación Cósmica, parte del Absoluto (Atma o Espíritu), pasa por sus [Regiones Intermedias] (intuición y voluntad) y arriba a sus Manifestaciones Relativas (Mente, Prana y Materia). La segunda, filo u ontogenética, individualizada ya, distingue siete cuerpos: físico, astral, pránico, intelectual, instintivo, mente espiritual y Espíritu. *** En lo que sigue - palabras más, palabras menos - a esta exposición del Raja Yoga subyace un enfrentamiento entre voluntad y mente de cara a la Autorrealización. Exponer qué tipo de contendor es la mente (y no qué tipo de agente es la voluntad) parece ser la preocupación central de Sivananda. Trazamos libremente su recorrido. Idea de Mente (hacia una definición ...): 1. Categorización metafísica de 'Mente'.- Es una manifestación relativa del Absoluto. (implica un reconocimiento de su fuente cósmica). 2. Noción indefinida de la Mente.- La Mente es 'algo' misterioso que en realidad es 'nada' pero hace 'todo'. 3. Substancia de la Mente.- Material (sutil). 4. Génesis de la Mente (cósmica/psicológica).- Es nacida de Maya (ilusión). Es un producto de la ignorancia. 5. Estructura de la Mente.- Red que conecta íntimamente Ahamkara, Sankalpa, Vasana y Prana. el autor la enfoca en un diagrama arbóreo, con prana como su fuerza vital, Ahamkara, su raíz; Sankalpa(s), sus ramas y Vasana, su semilla. 6. Análisis componencial de la Mente.- La Mente no es sino: 7. Dimensionalidad de la Mente: Mente Consciente (10%) y Mente Subconsciente o Chitta (90%). 8. Identidad Mente - Pensamientos: La mente es meramente un conjunto de pensamientos. Si todos los pensamientos son eliminados, luego, nada permanece que pueda ser llamada 'mente'. 9. Reducción de la Mente al Pensamiento "Yo": De todos los pensamientos, el pensamiento 'Yo' es la raíz. Entonces, la mente es sólo el pensamiento 'Yo'. Locación orgánica de la Mente: 10. Para el autor, es dependiente del estado de conciencia: En la vigilia, estará en el cerebro; en el sueño, en el cerebelo; en el dormir profundo, en el corazón. Estados de la Mente: 11. Categorías: a. Jagrat (Vigilia), estado denso. Propiedades de la Mente: 12. Extensión: Interpretable, según las escuelas: a. Escuela lógica hindú: Mente es atómica. 13. Dependencia objetual de la Mente: La Mente siempre se adjunta a algo objetivo. No puede sostenerse por sí misma. Asume la forma de cualquier objeto intencionalmente pensado. 14. Omnipotencia (relativa) de la Mente: La Mente es la fuerza más grande de todas en la tierra (comunica un inmenso poder al que tiene control sobre ella). 15. Límites operativos de la Mente: No puede atender a más de una cosa a la vez, aunque aparenta hacerlo por su velocidad. Dos pensamientos íntimamente relacionados no pueden existir al mismo tiempo. 16: Mudabilidad permanente de la Mente, debida a sus 'fluctuaciones'. Fenómenos (prácticas) de la mente: 17. Tipos: a. [ordinarios] Efectos de la Mente: 18. Tipos: a. Metafísicos: i. La construcción mental del campo de experiencia que mal llamamos "realidad" y que, yóguicamente considerada no es más que Maya (ilusión) inmanente a la mente. ii. La mente funge de pared divisoria entre alma y cuerpo. b. Psicológicos: Todo tipo de ansiedades y transtornos. Control de la Mente: 19. Prerrequisito para su dominio: Comprensión de las leyes científicas en las que los fenómenos se basan. 20. Mecanismo yóguico: Unidad con mente cósmica (mente cósmica = suma de todas las mentes) permite el conocimiento de las mentes individuales. Conclusión: Sobre la estrategia y táctica del Raja Yoga: 21. El Raja Yogui penetrará sus principios constitutivos y las regiones ontológicas en la rebusca de su identidad real. 22. Transformará la mente en no-mente mediante disciplina yoga [Sadhana: kriya, angas]. 22. En esta empresa, la 'voluntad', en el centro del Ego/Yo, requiere ser educada para refrenar los sentidos, direccionar el prana y controlar la mente. Es la auténtica Comandante en Jefe de la disciplina Yóguica. *** Ahora toca el turno a la sección práctica, cumplimentada por el capítulo cinco. Su posición central en el conjunto de la obra, más que coyuntural o estructural, nos suena a espiritual en relación con lo que anunciáramos al inicio de esta revisión. Se prescriben veinte instrucciones espirituales para ser cumplidas rígidamente por el aspirante, las que conducirían eventualmente a Moksa (=liberación). El ejercicio de tales instrucciones está sujeto al despliegue de la voluntad y, por lo mismo, se ve permanentemente amenazado por las fuerzas Asúricas, antagonistas. Para contrarrestar las últimas, se sugieren algunos enunciados de resolución, sus condiciones y regulaciones, para ser activados por el discípulo. *** Siguen a esta exposición los mensajes de Vairagya y Brahmacharya. La visión yóguica del mundo es negativa y positiva a la vez. Negativa, en tanto constata que éste sustituye dolorosamente la realidad al punto de trastocar su valoración por los vivientes (el cuasiequivalente yóguico de la 'alienación' o 'falsa conciencia' de los marxistas). Positiva, en cuanto [el mundo] funge de estímulo y maestro para el camino de retorno. La idea de renuncia patrocinada por el Yoga debe leerse no como renuncia al mundo sino a los pensamientos, deseos y vida mundanos. En esto se fundamenta su llamado a Vairagya (desapego). *** Brahmacharya se entiende literalmente como castidad. Es uno de los votos más importantes de los Yoguis al punto de ser tratado como la mejor de las virtudes (pp. 80) y competir de este modo con la propia Ahimsa (no-violencia, Cf. pp. ix, sección introductoria). En sentido amplio es pureza de pensamiento, palabra y obra. En sentido estricto está referido a la vida sexual y la preservación del Veerya (semen). No se puede ser yogui si se desperdicia esta sustancia vital pues en ella radica la salud, la alta intelectualidad, siddhis y riddhis (poderes psíquicos) y, más importante aún, el potencial para la liberación (recuérdese: el Veerya se transmutará en Ojas). Sivananda es severo con la visión científica occidental, no sólo liberal sino también [en cierto modo] avaluadora de esta degradación vital y espiritual con su discurso de los "complejos [neuróticos]" mal atribuidos al celibato. (8) *** Finalmente, a efectos de esta reseña, el maestro recomienda la gradualidad del progreso en Yoga y desaconseja toda aceleración, que a lo único que conllevaría es a menoscabar la salud; reafirma la necesidad del guru (en términos de guía, esclarecimiento) pero advierte contra la preconcebida idea de que éste puede sustituir al discípulo en su Sadhana; advierte de la fácil confusión entre los indicadores de progreso espiritual y desarrollos patológicos, por lo que llama a una correcta discriminación. *** Las instrucciones dadas en esta sección serán el esqueleto de un diario espiritual (tipo Benjamin Franklin's) para el control sistemático (muy elogiado) del progreso y el autoanálisis. *** La sección filosófica que sigue nos impresiona, al mismo tiempo, filo-religiosa y psico-filosófica; retroalimenta lo que se dijo ya en su homóloga introductoria y ocupa los capítulos seis, siete y ocho. En ella se nos introduce al Vedanta (de Vid: conocer y Anta: fin - fin de la sabiduría) como la religión de los Vedas o los Upanishads (también se le presenta como filosofía). Aunque el tratamiento es mayormente apologético (y quizás inflacionario), distinguimos dos ideas-fuerza doctrinarias: la Unidad de Vida (o de Conciencia) y la identidad del Jiva (ser humano) con el Alma Suprema. Ésta es presentada como: sin inicio, sin fin, sin tiempo, sin espacio, inmortal. autoluminosa, indivisible, totipervasiva y, finalmente Sat-Chit-Ananda (Existencia-Conciencia- Felicidad). *** Es importante que el discípulo del Yoga asuma plena responsabilidad en el sendero, por lo cual desde la entrada se le atribuye la condición de ser 'maestro de su destino'. Se le insta a conocerse a sí mismo en la primigenia condición de Brahman o Atman, logro que - se dice - le agenciará de un poderoso centro de gravedad e inmunizará de cualquier transtorno de los gunas. Con ese propósito se le invita a reforzar su voluntad para la meditación y con la meditación en fórmulas - maestras de autorreconocimiento trascendental (Om, Sat-Chit-Ananda, etc) cuyos sentidos serán expuestos y desarrollados desde el Gita, Yoga-Vassishtha, diálogos escriturales (Upanishads), entre otros mensajes. El tinte psicológico de la sección se observa en la motivación, acompañamiento y el acto de otorgar soportes doctrinarios frente a las eventuales y expectables caídas. *** La sección oratorial - desiderática en sustancia - es motivo del capítulo nueve. El Hinduismo es una religión alegre - apunta en otra parte Küng (9) - y cada festividad, por detrás de su sentido secular comporta un mensaje a la conciencia - diría aquí Sivananda. Se espera del Yogui o aspirante que atienda a - y resuene prioritariamente con - éste. El capítulo IX se aboca a presentar los mensajes del Maestro con motivo del Año Nuevo, Guru Purnima (dedicado a Sri Vyasa), Dussera (dedicado a la Madre Divina), Deepavali o de las lámparas (dedicado a la diosa Lakshmi) y, finalmente, uno dirigido a los estudiantes y otro por la libertad. *** El 'Año Nuevo' invita a la renovación, al establecimiento de resoluciones y al empleo inteligente del tiempo. El mensaje para esta fecha está cargado de sendas imaginerías que faciliten su asimilación, predispongan a la meditación y acicateen la práctica a su tenor. Ellas son: las piedras de toque de las dimensiones existenciales, la posición relativa de las disciplinas en un diagrama arboriforme y su investición en el modelo del guerrero. Un llamado por la vida intensa o la activa consecución de los objetivos trascendentales es hecho a término. *** En el contexto de conmemoración del legado de Vyasa - 'Gurú Purnima' - se nos invita a reflexionar sobre el significado de Gurú, de Brahman, la relación Gurú - Brahman y Gurú - Discípulo, y su necesidad (o imprescindibilidad) en el Yoga, al tiempo que se sugieren (o prescriben) algunas disciplinas. *** Por su parte, 'Dussera', rescata el puente entre Dios, la Diosa y el Aspirante Espiritual, una octava superiór de la triada Padre - Madre - Hijo, en la que la Madre, a la que se atribuye una relación más intima con el niño (y el discípulo), cumple una labor mediadora e introductora. *** 'Deepavali' invita a enfrentar y matar al demonio del egoísmo mediante Atma-Jnana (Conocimiento del Ser) , y trascender la iluminación de las lámparas con la iluminación espiritual que nos funde en Dios. *** El 'Consejo a los Estudiantes' nos proyecta en el tiempo y en las responsabilidades de la ciudadanía (interprétese esto a escala espiritual y/o cívico-social), nos llama a una vida moral regulada, a una castidad perfecta (Brahmacharya), al estudio espiritual, al amor y servicio desinteresados, y a una dieta y ejercicios saludables. *** El 'Mensaje de Libertad', a partir de la tesis de la omnipresencia divina, extrae normas éticas que regulen nuestras actitudes y comportamientos hacia los demás; sacude a quienes llevan vidas rutinarias y pedestres; prescribe regularidad en nuestros ejercicios espirituales y, en suma, propicia que nuestros estilos de vida nos hagan sentir [humildemente] merecedores de Moksha (=Liberación). *** Como clausura, el último capítulo edifica la sección de consolidación adoptando la estructura de un catecismo: una sucesión de preguntas y respuestas en la que se sintetiza la doctrina espiritual de Sivananda de cara a una calobiótica de la Vida Divina, en la que se ofrece al discípulo un núcleo de ideas-fuerza y disciplinas de sustento y progreso. Están considerados, entre otros, los temas de la felicidad, la amistad, la maestría, la virtud, los indicadores de progreso espiritual; en fin, desde materias concretas y prácticas hasta cuestiones de vena metafísica. *** Hasta aquí la obra. Podría criticársele quizás su sesgo hinduista (que contrasta con sus afirmaciones universales e integracionistas), su optimismo espiritualista (que por momentos impresiona ignorar las críticas a la religión desde la cantera desarrollista) y el predominio doctrinario sobre la actualización científica (puerta abierta a la ideologización). Sin embargo, haríamos mal en desconocer que esta entrega de Sivananda, además de ser representativa de la materia, es oportuna en propósito, sabia en valores y proficiente en contenidos. *** Para cerrar esta revisión, hemos creído oportuno celebrar la estrategia de lectura que, con su Oratoria, el autor condiciona: Éste es un libro que, no obstante estar abierto a tantas posibilidades de lectura como lectores, hábitos y ánimos haya, induce desde el principio a convertir la tarea en un acto yóguico per se.
Reseñado por: Eduardo Mendoza M. Nota: Para esta reseña se ha empleado el texto: Sivananda, S.(web ed. 1998): "Essence of Yoga". Publicación de la Divine Life Society, India. Puede encontrar una copia del texto en Inglés en: http://www.SivanandaDlshq.org (1) Este enfoque de lectura o reseña no excluye otros posibles. Similarmente, la exposición del autor, aunque representativa, no es la única dentro de la tradición yóguica. [volver] (2) Cf. la nota de los publicadores firmada por The Divine Life Society al inicio del libro (pp. iii).[volver] (3) Esta segmentación no excluye cualquier otra. Destacamos la nota o función predominante de la sección. Cualquiera de los rasgos resaltados pueden presentarse difusamente en toda la obra (N. del R.).[volver] (4) Cf. Ramacharaka, Y (ed. 1971) "Catorce lecciones de filosofía yogi y ocultismo oriental". Pp.170 - 171. [volver] (5) Llamamos la atención sobre George Kelly y su Teoría de los Constructos Personales en cuanto es aplicabe a estos enseres. [volver] (6)Prácticas Devocionales del Bhakti Yoga: Sravana: Escuchar las Lilas del Señor; Kirtana: Cantar Su Alabanza; Smarana: Recordar Sus Nombres; Pada - Seva: Adorar Sus Pies de Loto; Archana: Ofrecerle flores; Vandana: Postrarse ante Él; Dasya-Bhava: Prestarle Servicio; Sakhya-Bhava: Ofrecerle y mantener amistad con Él; Atma-Nivedana: Total e incondicionada sumisión a Él. [volver] (7) Si bien presente en esta obra, a esta empresa hemos dedicado ya otros trabajos. Cf. 17A35/Yoga/ChidanandaRajaYoga/EMM.SceniaReview en este mismo sitio web. [volver] (8)Se han escrito ríos de textos a favor del celibato y contra la masturbación (igual, a la inversa), la mayoría con base religiosa y moralista. La ciencia no las avala y, si bien no prescribe a favor o en contra de estas prácticas [no es asunto suyo], llama la atención de transtornos neuróticos (causalmente)asociados (caso: celibato) o apela a su inocuidad, normalidad e, incluso, funcionalidad (caso masturbación). Nuestro autor basa su crítica, fundamentalmente, en razones yóguicas.[volver] (9)Cf. Kunz (ed.2004) "En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las religiones del mundo". Edit. Debate. Pp. 81.[volver] |
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