Un catecismo es un libro en el que se contiene y explicita la doctrina de una religión, redactada generalmente en forma de diálogo. Se entiende también como una obra que resume alguna doctrina o ciencia. El objeto de los catecismos ha sido, por excelencia, la doctrina cristiana; su ventaja, la presentación sistemática y directa del campo temático de referencia en forma de preguntas y respuestas, amplias en número, breves en formato, psicológicamente asimilables y de nivel propedéutico; su desventaja, una cierta aureola de dogmatismo, verticalidad, preprogramación y unicidad del enfoque. No forma parte del catecismo la discursividad dialéctica intracontextual. Empero, puede estimularla extracontextualmente.
Gopi Krishna ha elegido el formato "catecismo" para iniciarnos en la doctrina del kundalini (o, para ser más exactos, su elaboración personal de ésta); opción que, entendemos, obedece no a una vocación proselitista - como lo ha negado categóricamente en más de una oportunidad -, sino a sus ventajas transmisivas, estilísticas, didácticas y suscitativas. Por otro lado, ésta, y su obra de conjunto, lleva la marca de la síntesis científico - religiosa (con marcado tropismo cientista) y el encuentro materialista - espiritualista (con una implícita vección idealista metafísica): extraño tejido epistemológico éste, al que sólo una experiencia personal con la realidad superconsciente puede hacer mayor justicia. Mientras tanto, que el ojo superconciente, nutriendo la mente, facilite la enseñanza y estimule la investigación.
Las enseñanzas de Gopi Krishna se estructuran esta vez en nueve apartados; el tenor es como sigue:
Existe un sistema evolucionario en relación con un plan evolutivo universal, cuya base física en el viviente (humano) es el dipolo Sistema Nervioso - Sistema Reproductor; su mecanismo agente, el sistema Prano-Kundalinico; y su producto más logrado, la Conciencia Superior, a la que se llega en un rapto o por etapas sucesivas de despertar e iluminación. Nuestra conexión con este sistema evolucionario es permanente pero imperceptible en la normalidad estadística de los casos, aunque puede ser activada y catalizada espontáneamente (método natural basado en la concentración del esfuerzo) o a través de una ejercitación meditativo - respiratoria - psicofísica (método artificial). La causación de esta emergencia conciencial involucra leyes y factores aún desconocidos para la ciencia pero intuidos para el místico y el genio. En el apartado I del catecismo se tratan estos temas bajo el epígrafe: Qué es la conciencia.
La parte II, en lo fundamental, responde a la pregunta ¿Poseen genio los hombres iluminados? La iluminación y el genio vendrían a ser los dos subproductos superiores de la actividad kundalínica en el ser humano, siendo los centros vitales estimulados por esta corriente ascendente de energía vital el sahasrara chakra, en el primer caso, y el ajna chakra, en el segundo. La respuesta a la interrogante en cuestión es afirmativa, mas no lo es necesariamente su inversa (también suele apreciarse en los genios manifestaciones del desarrollo espiritual). Ambos subproductos no deben entenderse como un adorno o un privilegio sino que cumplirían una función en el proceso evolutivo de la humanidad, cuyas leyes nos son aún desconocidas. En el futuro quizás estemos en condiciones de direccionar intencionalmente y sin riesgo la actividad kundalínica responsable.
Kundalini es, pues, el mecanismo evolucionario en el ser humano, que se nutre de la energía (prana) transferida por todo el organismo al sistema reproductor y, re-procesada por éste, es enviada al sistema cerebrospinal en cuotas discretas (y calidad menor) o a gran escala (y de calidad superior) dependiendo de las condiciones orgánicas, intelectuales, morales, espirituales, etc. de los individuos (y de acuerdo a leyes). Siendo una - y - la - misma la fuente de la energía para la reproducción, el placer y la evolución, se entiende que desde antiguo se haya prescrito su conservación o uso racional bajo la institución de la castidad. Esto no significa que los iluminados y los genios deban desentenderse de la vida matrimonial o reproductiva, sino que ciertos desarrollos concienciales pueden ser interferidos por algunos factores biológicos y condiciones de vida concurrentes, o viceversa, de no disponerse el conocimiento para ingenierarlos. La parte III de este catecismo tiene que ver con la eficiencia incrementada del cerebro y sus condiciones. Trata de la vida, el prana universal e individual, los chakras, el pensamiento, las emociones y las disciplinas - todo ello en relación con la actividad kundalínica.
A continuación, se visionan las zonas luminosas y oscuras del despertar de la kundalini, tanto a nivel individual como social. Son aspectos luminosos la genialidad, la iluminación y el progreso social y espiritual resultante de la guía de seres de tal calibre. Serán aspectos oscuros la insanidad biológica, mental y las crisis sociales desencadenadas por ciertos dictadores y revolucionarios de talento superior. Aún en estos casos, plantea el autor, dichas personalidades no son sino el instrumento de una superinteligencia cuando "algo" en la evolución humana camina mal. En este capítulo se toca de pasada el tema del ego, quizás como una introducción a lo dicho al inicio del apartado; se llama la atención sobre la urgencia de admitir a la kundalini como 'mecanismo evolutivo silente de la raza humana' en los predios académicos, en calidad de hipótesis científica genuina, como punto de partida de una nueva era para la ciencia. Un subtema resaltante es el de la importancia de la dieta del 'sujeto activado' en tanto factor crítico para la sanidad o insanidad del proceso. Unas sugerencias son hechas en este cuarto apartado al respecto .
La quinta parte nos parece central, no ya por su posición en el conjunto de la obra, sino por acotar los tres principales temas en el tratamiento de la kundalini activada: psicobiológico, sociopolítico e investigativo. Sobre el primero, se trata esta vez de justiapreciar el fenómeno en sí, más allá del mito, en su aspectación psicofisiológica y a través del paralelo con otros fenómenos naturales más accesibles a nuestro entendimiento. En segundo lugar, la política, una de las esferas más importantes de la actividad humana, no se sustraerá de los efectos transformativos de la kundalini, en tanto su desenvolvimiento saludable devendrá requisito indispensable para ocupar posiciones políticas y de liderazgo en un nuevo e inexorable orden (- nótense el sabor teocrático, platónico o utópico que nos deja esta tesis - N del R. ) al que los políticos tradicionales no podrán conjurar. Finalmente, se afirma que este posicionamiento será la consecuencia natural de la investigación científica, que partirá de la aceptación de la hipótesis, la consecución y entrenamiento de individuos idóneos, y la observación y medición sistemática (y en períodos críticos) de sus transformaciones luego de un tiempo dado (intervalo de 5 a 10 años).
Acto seguido, en "Místicos cristianos y matrimonio espiritual" (parte VI), sobre el fondo de una discusión acerca de la permanencia/inestabilidad de la condición superconciente en el experimentador, el autor hace una suerte de interpretación del lenguaje acuñado (y las experiencias relatadas) por los místicos cristianos, en los términos de la faceta fisiológica de la doctrina del kundalini. De este modo, el "éxtasis" cristiano, equivaldrá al ingreso del flujo pránico "transformado" al cerebro; la "oscuridad y secadez", a los momentos de depresión; el "compromiso espiritual", al flujo y al reflujo iniciales de la energía, mientras que "matrimonio espiritual" convendría a una situación más permanente, cuya secuela es la transformación total de la personalidad. Acompaña a esta suerte de homologación semántica, algunas entradas sobre la relación entre los contenidos de la experiencia mística del individuo y sus creencias particulares , la transformación de los sueños posterior al despertar, los riesgos biológicos de una evolución acelerada y las medidas precautorias, y algunas reflexiones sobre la distribución de la energía sexual para la evolución y la reproducción en sujetos con el kundalini activado.
Sigue una consideración de las razones por las que el enfoque que nos ocupa, con todo su potencial, no hace "clic" en las mentes y proyectos de los científicos. El autor apunta a la novedad, extrañeza y carácter revolucionario de sus planteamientos frente a las construcciones comúnmente aceptadas. En efecto: ¿cómo admitir con facilidad la evolución como diseño teleológico?, ¿cómo aproximarse a la cognática de la finalidad de un diseño inteligente tal? y, no menos importante, ¿cómo lograr la armonía del cerebro emergente con el ambiente natural, el entorno social, la cultura y nuestros estilos de vida?. Y si el conservadurismo científico plantea problemas, los primeros desarrollos hacia un cambio de gestalt no están exentos de ellos. ¡qué decir de los científicos que han sido sensibilizados por esta inusual temática! El autor discrepa con la moda intelectual de identificar la literatura mística (de oriente, en particular) con la nueva física, o la reducción de la experiencia mística a los eventos cuánticos. En su balance parece decirnos que, si bien representan un giro actitudinal de avanzada, estas propuestas no son otra cosa que un desvío teórico que afecta tanto a la ciencia como a las tradiciones explotadas. Estas reflexiones son materia de la parte VII.
El apartado VIII es, quizàs, el más metafísico de todo el catecismo puesto que aborda temas de lo más fundamentales como son: el universo, la mente, el origen de la vida, el conocimiento, el rol del cerebro, la vida después de la muerte física. La línea directriz tiene resonancias Kantianas en tanto el autor distingue entre el universo y la elaboración mental que hacemos de éste, que es lo único a que tenemos acceso cognoscitivo. El iluminado puede darse cuenta de ello experiencialmente, mientras que la mayoría de los individuos o cede al sentido común, o accede a estas nociones especulativamente. Se problematiza la independencia y dependencia entre conciencia y cerebro resaltando las limitaciones de la visión materialista desde el ojo del místico, sin ignorar tampoco que la perspectiva idealista (denominación nuestra. N. del R) -ulteriormente correcta- tiene sus dificultades y lagunas en el estadío cognoscitivo en el que nos encontramos. Un segundo grupo temático gira en torno al siempre recurrente tema de investigación: los candidatos más idóneos, el estilo de vida que se espera de ellos, el entrenamiento que recibirían, el tiempo promedio expectable para la consecución de resultados y, por supuesto, la difusión de los resultados.
Finalmente, llegamos a la parte más biográfica de todas, la misma que divide en tres secciones: en la primera, Gopi Krishna nos ofrece un vívido relato de su experiencia del despertar; en la segunda, elabora un marco comparativo entre la doctrina yoga del kundalini y las teorías psicoanalíticas occidentales, particularmente la Freudiana. Por último, enfoca bajo una nueva luz la realidad del Prana, la Energía Vital.
A la luz de la experiencia personal del autor, la casuística por él recolectada y, no menos importante, la información registrada en las fuentes tradicionales escritas, el despertar espiritual podría visionarse en una primera mirada como un sindrome de adaptación fisiológica del organismo a los efectos de la bioenergía ascendente, con una hiperactividad de las glándulas reproductoras, un transtorno del metabolismo y, particularmente la función digestiva; con alteraciones de la tasa cardiaca, el pulso, etc., además de los componentes hidrolumínicos y sónicos, orgásmicos, oníricos y visionarios. El ascenso del kundalini no es un proceso errático sino inteligente, pero puediera devenir patológico y mortal de conformidad con las condiciones del terreno. En casos óptimos, el cerebro, el sistema nervioso en su conjunto y todos los órganos estarán ajustados para la experiencia mística y la posterior transformación de la personalidad.
En relación con las teorías occidentales, la doctrina del kundalini tiene la ventaja de asentarse en una base biológica firme, mientras que la libido freudiana es de naturaleza eminentemente psíquica.
Y, para terminar, prana no es ya solamente la fuerza vital nutricia de células y tejidos, órganos y sistemas. Es ahora el agente purificador de cuerpo, mente y alma. Más aún, es la fuente real del progreso moral de individuos y sociedades. Así lo han demostrado los grandes maestros de la humanidad, así lo discernido intuitivamente nuestro autor.
Unas palabras finales: dada la estructura de catecismo adoptada por el autor, la exposición de sus contenidos pudiera parecer redundante y los títulos asignados aveces son poco representativos de la temática del apartado en su conjunto - constituyen, quizás, la novedad insertada antes que el tenor central. Pero que esta impresión inicial - sumado a lo polémico de algunas tesis - no nos restrinja el rango de lectura pues aún lo ya dicho, en un nuevo contexto adquiere un valor cognitivo novedoso, enriqueciendo nuestro saber. Hemos resaltado lo que asumimos fundamental con la esperanza de advertir al lector potencial sobre los activos cognitivos - sapienciales que nos lega la gran tradición yoghística en materia conciencial de la viva voz de uno de sus grandes realizadores contemporáneos. Al ofrecer esta reseña nos constituimos en responsables únicos de su contenido. Juzguen Uds. nuestros activos y pasivos a la luz de Gopi Krishna; juzguen los del autor a la luz de la relación personal que entablen Uds. con la experiencia y la tradición yoghística.
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Reseñado por: Eduardo Mendoza M.
Urania Scenia & Itipcap, 2006. |