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MILAGROS:
DIOS, CIENCIA Y PSICOLOGÍA
EN LO PARANORMAL
=Perspectivas Parapsicológicas=
(En seguimiento de J.Harold Ellens y plantel de autores)*


A nuestros estudiantes, colaboradores y
audiencia en general.


E.M.

¶ Eduardo Mendoza M.

○ Introducción.-

J. Harold Ellens y un colectivo de autores [*] nos comparten sus puntos de vista en torno al "milagro", que informan y complementan la mirada parapsicológica desde los prismas 'filosófico', 'teológico', 'antropológico', 'neurocientífico', 'psicológico', 'psicoterapéutico' y 'musicológico', entre otros; todos ellos implícita o explícitamente referenciados con el sentir premoderno, moderno y postmoderno. En lo que sigue, una presentación esquemática —pero no por ello trivial— de los puntos fundamentales de cada contribución.

○ Palabras Clave.-

Arquetipos, curación paranormal, Curso de Milagros, enteógenos, escepticismo, espiritualidad, estado de conciencia, fe, gracia sobrenatural, meditación, milagro, misticismo, modernismo, paradigma, paradoja, postmodernismo, premodernismo, presencia sentida, profecía, psicotecnología, psicoterapia, relación yo-tú, relación yo-ello, religión, revelación, sanación, sanadores por la fe, señales, set, setting, sincronicidad, teoría multiestado, trance, unio mystica, unio sympathetica, visión del mundo.


○ Desarrollo.-

Antecedente.-

Milagro.- Se entiende por tal "una experiencia positiva percibida como extraordinaria y atribuida a la intervención sobrenatural o divina" [1]; aun cuando otras explicaciones —naturalistas si bien no convencionales— son posibles.

[Véase también: milagros_guia]

Introducción.-

La ocurrencia de milagros y diversos eventos contraintuitivos acusa omnipresencia en los registros históricos de la humanidad, y ha sobrevivido a todo intento reduccionista de factura teológica, filosófica y/o científica.

Más allá de los esquemas comprensivos y explicativos de la experiencia parapsicológica (subjetiva y objetiva) o sobrenatural (en el sentido religioso/teológico) que podamos trazar, aquellos aparecen reales y movilizadores al sentir de sus protagonistas, y de este dato básico —que no de su negación— debemos partir.

Ello no quita el derecho de las partes de preguntarse por su naturaleza y sentido último; de procurarse respuestas, de suyo aproximativas, a partir de la data e instrumental disponibles, mejor si desde un mosaico de perspectivas. Algunas cuestiones pertinentes se enumeran a continuación:

¿Cómo debemos abordar —con vistas al conocimiento— los reportes de 'milagros' de la antigüedad y nuestros días?, ¿éstos (referentes) son reales o producto de nuestra febril imaginación?, ¿están auspiciados por Dios?, ¿qué tienen que informarnos acerca de la naturaleza humana y de nuestras instituciones? (particularmente en lo que toca a la religión y la espiritualidad? Por último, ¿puede la ciencia (léase: psicodinámica, neuropsicología, bioquímica, etc.), dar cuenta cabal de ellos? ¿Es esto posible y/o deseable?

Cualesquiera las respuestas, su estratificación y posicionamiento en el mundo real, los supuestos en los que descansa la presente obra colectiva son:

i.- La realidad viva de lo paranormal en la experiencia humana.

ii.- La existencia de una frontera borrosa y permeable entre lo 'normal' y lo 'paranormal'.

iii.- La posibilidad abierta de accesos bilaterales (en la forma de visitaciones o revelaciones) entremundos (humano y espiritual). Y,

iv.- La doble canalización plausible de las "iluminaciones" del sujeto desde las esferas 'sobrenatural' o 'paranormal' [revelaciones directas e influencias mediatizadas a través de los procesos psicológicos y psicodinámicos estándar], que halla su integración en el hecho de que finalmente toda la naturaleza está abierta a servir de vehículo a la comunicación de Dios con Su Creación.

Capítulo 1.-
La Presencia Sentida como un recurso de afronte en ambientes extremos.
Autores: Peter Suedfeld & John Geiger.

Para un sujeto que se halla en un ambiente extremo e inusual (AEI), en circunstancias que lindan con la desesperación, nada resulta más milagroso que un "alter" surja de la nada y le prodigue acompañamiento, guía e iniciativas no triviales, con el resultado de asegurar la supervivencia.

Experiencias de esta índole han sido reportadas una y otra vez por montañistas, marineros únicos, sobrevivientes de naufragio, exploradores de las regiones polares, prisioneros de guerra, aviadores y miembros de tripulaciones espaciales, entre otros.

Las explicaciones habituales, alimentadas por el pensamiento religioso, invocan la gracia de Dios, dispensada a través de la Virgen, un ángel, un santo, etc.

A su turno, los paranormalistas hablan del desprendimiento astral (consciente y voluntario) de algunos sujetos que se prestan empáticamente para atender al necesitado; cuando no de la intervención de entidades desencarnadas ("guardianes", difuntos asociados en vida al sujeto, etc.).

Mientras tanto, los científicos se inmunizan contra estas aproximaciones metafísicas y apuestan más bien por teorías de corte evolucionista, psicológicas, psiquiátricas, neurológicas, ambientalistas, etc., aun cuando son conscientes de que las existencias al corriente dan cuenta con dificultad de todo el espectro (¡grandilocuente!) de este fenómeno.

Así por ejemplo, hay quienes apelan al disturbio mental/esquizofrénico (temporal) como explicación de las alucinaciones, pero la duración relativamente corta de estas experiencias aunado a la inexistencia de antecedentes psiquiátricos en la biografía de estos sujetos —de otro lado, grandes realizadores—hace difícil favorecer la hipótesis.

Otros señalan el estrés traumático y postraumático peculiar al AEI, aunque no consiguen esclarecer los mecanismos que conducen de aquí a la "presencia sentida" en unos sujetos y no en un número de pares en situación similar.

Esotros postulan como mecanismo neurológico de la ilusión de marras, la "proyección del esquema corporal, postural y kinestésico en el espacio extracorporal" (Brugger, Regard & Landis), o también "un amplio rango de disfunciones perceptuales del espacio personal y la auto-posición" (Firth & Bolay).

Tenemos, luego, a los que defienden un giro en la dominancia cerebral a favor del hemisferio derecho, a consecuencia del estrés extremo y la reducción de estímulos, que produce en el sujeto la percepción de un "imaginado otro" y toda la secuela de la presencia sentida.

Una aproximación neurológica diferente (Persinger) estipula el protagonismo del cortex temporal del hemisferio izquierdo y la amígdala, allí cuando un trauma mayor consigue disjuntar el funcionamiento de ambos hemisferios, haciendo que el izquierdo (donde se basa el sentido del yo) interprete las señales como "otro ser", una "experiencia-extra-corporal", una "presencia sentida" investida por el sistema de creencias y la cultura del sujeto. Los experimentos con el llamado "Casco de Dios" apoyan esta lectura, añadiéndose las diferencias intersujeto en susceptibilidad al fenómeno [2].

La teoría de la mente bicameral (Jaynes) hace de los productos de la corteza del hemisferio derecho del cerebro, eventos externos en la experiencia de los hombres de la prehistoria, asimilados a la agencia de un dios, espíritu o entidad sobrenatural. A su turno, les correspondió a las fuerzas de la cultura y, en especial, la escritura, auspiciar la linearidad del pensamiento y la interpretación de la actividad cerebral como que perteneciera a cada sujeto y "ya no" a una entidad externa [3]. Sin embargo, en determinadas condiciones de la infancia, estrés extremo, psicosis, etc., reemerge la mente bicameral bajo los formatos del encuentro con el "amigo imaginario", la "presencia sentida", el "alma-que-acaba-de-desencarnar", etc.

No debemos olvidar, finalmente, a quienes llaman la atención sobre el origen y propósito evolutivo de la presencia sentida, en tanto que respuesta adaptativa a una amenaza percibida (real o no) en el ambiente, similar a lo que ocurre en las fases de transición de la vigilia al sueño (hipnagógica) y a la inversa (hipnopómpica) (Cheyne); aun cuando la duración comparativamente breve de estos estados, la relativa ausencia de "parálisis" en los reportes de presencia sentida en AEI y el carácter benevolente habitual de ésta, desafían en parte la propuesta.

Por todo lo dicho se colige la riqueza heurística que aporta la ciencia en torno al síndrome de la "presencia sentida", no obstante el dato evaluativo de que una respuesta basada en la investigación y que ate todos los cabos todavía está por llegar.

Capítulo 2.-
Misticismo y lo Paranormal
Autor: Ralph W. Hood, Jr.

El misticismo y lo paranormal son dos conceptos (y corrientes) que comparten entre sí aspectos comunes en lo que toca a su objeto y posicionamiento social.

El marco situacional de fondo para los estudios de ambos campos acusa:

— La desconfianza y/o abierto rechazo de las experiencias paranormales y místicas por la ciencia y la religión oficiales [fundadas en sus supuestos y compromisos ontológicos y gnoseológicos]

Ambos han sufrido relegamiento por la línea dominante de la religión y la ciencia: los místicos, porque sus afirmaciones derivadas de experiencias trascendentales suelen traspasar la frontera de lo admitido y devienen herejía; los paranormalistas, porque sus afirmaciones no cuajan con el criterio "científico" de la realidad.

— La discrepancia entre la experiencia acumulada del ciudadano de a pie (información de campo, encuestas) y las posturas oficiales de la ciencia y la religión oficiales.

Sin embargo, en cada encuesta que se hace, ambas (experiencias místicas y paranormales) están allí presentes y correlacionan positivamente una con la otra [4]; lo cual representa todo un desafío a los que desde su posición de poder pretenden ignorarlas.

— Problemas de conceptualización y definición de términos, que afectan al enfoque, la metodología, los resultados de los estudios y/o su interpretación. Vg. en lo que pueda afectar a la correlación positiva entre misticismo y paranormalidad.

Se propone (Hood) la delimitación de términos:

Experiencias trascendentes no-sensorias: misticismo

Experiencias trascendentes sensorias: paranormal.

Lo cual significa la no-identificación de las experiencias paranormales y las místicas, que añadido a la decisión de no suponer/postular un factor común subyacente, permite dar seguimiento a la covariación entre ambas, sin asumir su necesaria correlación.

— La ausencia de instrumentos para recoger y procesar la información paranormal.

Situación que viene superándose, por el lado del misticismo, con el desarrollo de escalas tales como:

Escala-M (Hood, 1975; Hood et al., 2001).

Escala de Francis y Lauden basada en los siete criterios de misticismo de Happold

Medida factor-único de misticismo (Lange y Thalbourne, 2007),

entre otras.

— El desarrollo y comunicación de investigaciones pioneras, enfoques metodológicos y cuerpos de teoría.

La unicidad de la experiencia mística, esto es, la existencia de un núcleo común a todo misticismo dentro y fuera de las tradiciones de fe ha sido motivo del estudio de Stace (1961). Lo mismo podría afirmarse de lo paranormal.

Ambos tipos de experiencias, místicas y paranormales, pueden ser facilitadas por el recurso a sustancias enteógenas (vg. LSD, psilocibina), administradas bajo las condiciones apropiadas de 'set' y 'setting'. [5]

Un marco no reductivo de grandes posibilidades para hacer justicia de la fenomenología mística y paranormal asociada al uso de enteógenos es la teoría de la Sincronicidad de Jung-Pauli [6]

Finalmente, se consideran:

— Las restricciones y obstrucciones legales para algunas investigaciones. Vg. enteógenos.

Que afectaran tanto a los estudios con entéogenos de estado natural (vg. hongos) y a los sintéticos (vg. LSD, psilocibina) y que se espera, sean conjurados [lo necesario y suficiente] merced a la acumulada fuerza de los enfoques de vanguardia y realizaciones discretas, aunque significativas.

Capítulo 3.-
Contribuciones Multiestado y Enteogénica al Estudio de los Milagros y a los Estudios Religiosos Experimentales
Autor: Thomas B. Roberts

Ha llegado el tiempo de explorar el tema religioso/espiritual y, particularmente, lo milagroso, por vía experimental. Una importante luz procede de la llamada "teoría multiestado", que rompe con el "monopolio" de nuestro estado mente-cuerpo ordinario (vigilia), planteando la disponibilidad de múltiples estados de conciencia (naturalmente puestos y/o factibles de diseño e ingeniería), al tiempo que sugiere que muchos de los llamados milagros y eventos paranormales no serían otra cosa que posibilidades naturales de dichos programas/funcionamientos mente-cuerpo alternos.

Para accesar a tales programas, existe una variada gama de procedimientos que llamaremos 'psicotecnologías' (vg. ejercicios espirituales, meditación, ayuno, disciplinas corpocinestésicas, respiración psicotrópica, etc). De todos ellos, uno de los que más promete es el recurso a los enteógenos (llamados anteriormente "alucinógenos", sustancias "psicotomiméticas" y "drogas psicodélicas") cuyo uso responsable por las culturas tradicionales se pierde en la noche de los tiempos, y que tardíamente la ciencia ha recuperado en el marco de la investigación clínica y experimental.

Sobre la efectividad de estas sustancias para inducir estados alternos y los fenómenos concomitantes (biopsicoespirituales y paranormales) dan cuenta estudios experimentales de la talla de la Tradición del Viernes Santo (Pahnke), el estudio Hopkins (Griffiths), el estudio UCLA (Grob), etc., que constituyen verdaderos estándares de oro de la investigación con enteógenos. [7]

Se cuentan efectos que van desde la transformación sostenida de actitudes y valores, la reducción de la ansiedad ante la eventualidad de la propia muerte, hasta la liberación de algunos trastornos físicos y psicológicos mediando en el curso alguna fenomenología 'paranormal' o 'sobrenatural' (vg. eventos que recuerdan el 'hablar en lenguas desconocidas' o la 'posesión demoníaca' y su liberación).

El tema de fondo abierto a la consideración de los teólogos, filósofos, científicos y el gran público es determinar si estas experiencias místicas/paranormales (y sus secuelas) facilitadas por enteógenos cualifican como "milagros" genuinos o no y, ante todo, cómo encuadrarlos en un esquema más general de la realidad.

Se sigue de ello la posibilidad de evaluar los milagros —y otros eventos inexplicables a la fecha— como tempranos avistamientos, de suyo mal comprendidos, de una nueva frontera abierta a la evolución antrópicamente considerada: la transformación supernormal de la forma humana, que sería factible a partir del descubrimiento y domesticación (con el auxilio de las sustancias enteógenas y otras psicotecnologías) de estados de conciencia no convencionales.

Capítulo 4.-
Lo Milagroso y la Enfermedad Mental
Autores: Louis Hoffman & Marika Kurzenberger

Si consideramos la percepción social dominante de determinados objetos conceptuales (y sus referentes) localizados en diversos cortes del espacio-tiempo (con las implicancias y costes del caso), caeremos en la cuenta de su particularismo, varianza o relativa movilidad histórica. Así por ejemplo:

— La homosexualidad (en cuanto condición, más allá de cualesquiera actorializaciones con nombre propio) ha sido pensada sucesivamente como "pecado", "delito", "enfermedad mental" y "estilo de vida" alternativo. A su turno,

— el chamanismo, una institución de prestigio en las comunidades originarias hubo sufrido homologación, de la mano de ciertos científicos, con la enfermedad mental de orden disociativo, psicótico, hasta su ulterior reparación.

— Y en lo que concierne al sufrimiento mental, asistimos antaño a su atribución a la debilidad espiritual (falta de fe) y la posesión demoníaca; o a su factura como "enfermedad mental" individualizada, biológica y genéticamente determinada, en una segunda etapa; para, finalmente, arribar al énfasis en su 'puesta en forma' por el discurso cultural, comunitario y sistémico que marca al sujeto que lo asume.

Hecho el itinerario, nos vemos precisados a admitir cómo estas percepciones están modeladas de acuerdo con ciertos paradigmas y/o visiones del mundo, ya sea que los entendamos dentro de alguna venerable tradición académica o, en su defecto, al uso coloquial.

Los paradigmas históricos que se bosquejan acá —propuesta no exenta de sobresimplificación, pero aún válida— son el premodernismo (de la antigüedad hasta los años 1600's), el modernismo (desde entonces hasta la segunda mitad del s. XX) y el postmodernismo (que se prolonga a la actualidad). Lo anterior no quita la incidencia de focos de uno u otro fuera del tiempo que le es típico.

Allí donde el premodernismo privilegia la religión con base en la idea de que la verdad última es alcanzable a través del conocimiento revelado (ya directamente o, cuando hace agua [8], a través de teologías sistemáticas basadas en principios hermenéuticos) y el modernismo apuesta por la ciencia a la luz de epistemologías racionalista, empirista e integradas de creciente complejidad [ambos paradigmas asumiendo que todo conocimiento se construye sobre ciertas bases universales y estables]; el credo postmoderno, que los autores plantean, sin pretensiones de unanimidad, en estos términos:

i.- La verdad en un sentido último no puede ser conocida.
ii.- Las verdades locales son a menudo, o siempre, más importantes que los intentos de definir la verdad última;
iii.- Hay una preocupación central con el lenguaje, las narrativas y como el lenguaje moldea la realidad;
iv.- El postmodernismo busca integrar múltiples maneras de conocer, o lo que se llama pluralismo epistemológico, holismo epistemológico y pluralismo metodológico. Éste valora y estimula diferentes formas de interpretar el mundo. [1:4:70-71]**,

representa todo un desafío.

En lo que concierne al reporte del milagro, el clima premoderno va de la interpretación literal ("ocurrió así") a su reconsideración como un instrumento de enseñanza cuyo fondo, según Rollo May, no puede considerarse falso; pero tampoco puede probarse verdadero.

Conforme vamos introduciéndonos más en el modernismo vemos a los científicos en alguna de estas disposiciones: i).- aplicando la ciencia de cara a apoyar las verdades bíblicas, ii).- visionando un Dios que pone en funcionamiento su creación a través de las leyes de la ciencia, y iii).- rechazando el milagro y toda proposición religiosa irreconciliable con la ciencia.

Y el postmodernismo da cabida a antiguas explicaciones para los milagros, la sanación, las curas, etc., con la previsión de que todo ello debe ser interpretado en el contexto de la cultura, amén de prodigar lecturas novedosas. Esta alianza del postmodernismo con la visión premoderna, a expensas del modernismo (sin llegar por cierto a un desentendimiento con este último), no debe interpretarse como un retroceso, una vuelta a los orígenes, sino la acomodación de viejas ideas en un marco actualizado.

El ejemplo más característico lo pone la "posesión demoníaca" de la mentalidad premoderna (y su afrontamiento vía exorcismos), que ya negada y superada por el "trastorno de identidad disociativo" (antes "personalidad múltiple") de la mentalidad moderna, retorna al escenario como "posesión daemónica".

Estando al corriente de las voces dispares, y en consonancia con la actitud posmoderna, los autores evitan la tentación de proferir conclusiones metafísicas en torno a la naturaleza de la 'enfermedad mental' y lo 'milagroso', por el recurso a invocar el "punto de vista de la realidad" [9]; antes bien, reconocen el derecho de cada sujeto a formarse su opinión ilustrada (léase: empoderada con buena información); haciendo, no obstante, un llamado a la "sensatez" a la hora de aproximarse a un contexto cultural, por el impacto que ello tiene, cuando se trata de intervenciones, tratamientos o guía.

Capítulo 5.-
Milagros en los Lóbulos Frontales: Una Aproximación Neuropsicológica a la Manera Como Hacemos Atribuciones de Milagros.
Autor: Steven A. Rogers

La adscripción de los eventos extraordinarios, contraintuitivos a la clase de lo 'milagroso'; su atribución a la intervención divina, extraterrestre, etc., cualquiera sea el "veredicto de la realidad" son, con todo, instituciones culturales (¡un amplio espectro!) y, a escala personal, decisiones cognitivas que dependen finalmente de la actividad cerebral. Donde, del mismo modo que las matemáticas, las alucinaciones y las atribuciones al azar, aquellas pueden ser trazadas a determinados substratos neurológicos.

Se ha avanzado mucho en ventilar la participación del lóbulo temporal y el sistema límbico en la experiencia religiosa, la actividad paranormal y las alucinaciones [considérese: cuadros epilépticos asociados]. Pero, pretender que la atribución de milagros sea una respuesta puramente emocional, resulta un esquema harto simplista. En ese sentido conviene explorar los procesos de detección de agencia [10], teoría de la mente [11], los procesos inhibitorios y la rigidez/flexibilidad del pensamiento, todos ellos involucrando la participación de los lóbulos frontales (en particular, las regiones prefrontal-subcorticales).

La evaluación clínica neuropsicológica (asistida con la tecnología de imágenes) comparativa de sujetos normales con aquellos que padecen desórdenes tales como la demencia fronto-temporal (DFT) y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), —donde los sujetos muestran mayor inclinación a formular explicaciones en términos de milagros—, ha resultado de gran ayuda; aun cuando se sabe que no es posible, metodológicamente, homologar (y/o extrapolar) el proceso que nos ocupa (la atribución de milagro) entre ambas categorías de sujetos.

Capítulo 6.-
Una Perspectiva Africana Sobre los Milagros
Autor: Nicolene L. Joubert

Africa, siendo a la visión estándar el continente más antiguo y menos desarrollado comparativamente, acompaña a sus dificultades eco-ambientales y socio-políticas (léase: desastres naturales, guerras internas, altas tasas de pobreza, analfabetismo, morbi-mortalidad, etc.) con un extenso e intenso bullir de actividad 'sobrenatural' o, si se quiere, el rendimiento psíquico/religioso de amplios sectores de su población a ésta.

Así las cosas, la creencia (i.e. percepción, interpretación, atribución, etc.) africana en los milagros estaría pautada por su visión del mundo al tiempo que dinamizada por los desafíos que afrontan en su día a día.

En esta contribución se trata de ilustrar, a partir de un estudio cualitativo (Proyecto Crossroads) [12], cómo la visión del mundo de una nación (asumida la unidad en la diversidad, y recíproca) dirige su actitud ante los eventos cotidianos y lo milagroso.

El gentilicio 'africano' aplica acá a "la gente nativa de la región sub-sahariana del África y delinea la variedad de culturas, idiomas y religiones que forman parte de la diversidad Africana".

Los sujetos del estudio son sudafricanos negros y blancos, de fe cristiana (que participan en iglesias carismáticas [13] y tradicionales [14]) con experiencia de primera o segunda mano en milagros (los datos básicos concernientes a las características de los sujetos y su emplazamiento geográfico son proveídos y justificados).

Por 'visión del mundo' se entiende: "una forma de describir el universo y la vida dentro de éste, en términos de lo que es y de lo que debiera ser..." con la aclaración de que: "Las visiones del mundo incluyen supuestos que pueden ser no probados, e incluso improbables, pero estos supuestos están superordinados, en que ellos proveen los fundamentos epistémicos y ontológicos para otras creencias dentro de un sistema de creencias" (Koltko-Rivera).

En los términos más simples, la 'Visión del Mundo Africana Tradicional', puede formularse como: la integración de los mundos espiritual y físico, donde no tiene cabida la dicotomía normal/paranormal; donde los eventos diarios son determinados por seres espirituales, ancestros y fuerzas impersonales, quedando los hombres merced a ellos en lo que les toca sufrir y empoderarse para controlar su medio ambiente. Esto funda el involucramiento en ritos, ceremonias, sacrificios para aplacar a los dioses así como la expectativa de revelaciones y milagros.

De este modo, la propia 'existencia' de los africanos y su 'experiencia de la realidad' es interpretada en términos de su interconexión con otra gente y la actividad de "espíritus" de diversa posición jerárquica.

Ahora bien, el cristianismo tradicional o carismático (un número de versiones y denominaciones), cuyo centro y enfasis está puesto en Dios/Cristo como fuente de salvación y milagros, modifica [anula, matiza, se sincretiza con] esta apreciación. Así, puede afirmarse que la "Visión del Mundo Africana" es una síntesis entre la visión del mundo africana tradicional y su par cristiana.

Los resultados del estudio se expresan en términos de la definición, aceptación, fuente y el propósito de los milagros por los sujetos comprendidos (sudafricanos negros y blancos), y la comparación entre ellos.Una presentación sumaria de los resultados afirma:

"Todos los cristianos negros indican una fuerte creencia en milagros donde los milagros son definidos como experiencias positivas percibidas como extraordinarias y atribuidas a la intervención sobrenatural o divina. Ellos también creen en los milagros definidos como algo bueno que sucede con independencia de su probabilidad. Como grupo han atribuido los milagros a la intervención sobrenatural ya si ésta fue de Dios u otro espíritu. Se expresó la creencia en el rol de los ancestros indicando una clara síntesis entre la visión del mundo tradicional africana y la visión del mundo cristiana". [1:6:136].

"En contraste a las visiones expresadas por los cristianos blancos como grupo, el grupo de cristianos blancos como un todo no abonó la creencia en milagros ya como experiencias positivas percibidas como extraordinarias y atribuidas a la intervención sobrenatural o como algo bueno que sucede con independencia de su probabilidad. Aunque la visión cristiana permite la creencia en milagros como intervenciones divinas, escepticismo e increencia fueron expresados por los Cristianos ingleses de las iglesias tradicionales". [1:6:137].

Así, se aprecia diferencias notables de perspectiva en torno a los milagros, entre los cristianos blancos y negros, lo que se adjudica al juego de sus respectivas visiones del mundo.

Capítulo 7.-
¡Aleluya! ¿Gracias, Jesús!: Vendiendo lo Milagroso en la Prédica de los Sanadores por la Fe
Autor: Stephen J. Pullum

Oradores carismáticos —biblia en mano— seguidos por grandes audiencias, muchos de los cuales han amasado ingente fortuna. Ellos son los sanadores por la fe. ¿Qué es lo que venden?, ¿a quiénes les venden/quiénes les compran su producto? y ¿cómo consiguen posicionar su mensaje aun cuando no existe evidencia objetiva alguna de la validez (médica) de sus pretensiones? Tales son las cuestiones que se aborda en esta sección.

Un análisis de contenido de muestras seleccionadas de ambos —show y discurso— de estos agentes, permite sacar a colación que:

— Los sanadores por la fe predican/venden el mensaje de: i).- la liberación del pecado (a la par con las diversas denominaciones cristianas) y, concurrentemente, ii).- la liberación de aflicciones, enfermedades y adicciones; con el añadido de que muchas de éstas son producidas por infestación demoníaca y que, por lo tanto, sólo el poder de Dios puede liberarlos aquí y ahora (con ellos, los predicadores como simple vehículo) al estilo de los milagros narrados en los evangelios.

— Se dirigen en teoría a todo aquellos que tengan la disposición de acompañar su prédica; pero en la práctica apuntan a: i).- sujetos no precisamente muy instruidos, e intectualmente acríticos; ii).- audiencias de claro temperamento religioso y iii).- pacientes con aflicciones físicas y psicológicas que no reciben de la ciencia médica mayor respuesta (particularmente, desahuciados).

— Existe un género retórico, con las expectables variaciones individuales, que resulta potencialmente efectivo para capturar a dicha audiencia, hacerle participar de su discurso y sostener el ministerio, más allá de la validez de hecho (fáctica) de sus pretensiones.

Dicha retórica (y arreglos escenográficos) inyecta en las masas un número de ideas-fuerza (informativo/emotiva) tales como:

Dios me sanó..., Dios me llamó..., El crédito es de Dios (no mío)..., Así lo dice la Biblia..., Lo he visto con mis propios ojos..., Si a mí me sucedió, también puede sucederte a ti..., Sólo míralo por ti mismo..., No necesitas más esas muletillas..., etc.

que en conjunto contribuyen al efecto sugestivo funcional a las metas expectadas de corto plazo con el paciente [i.e. "sentirse curado", "tocado por la gracia de Dios", "dispuesto a convertirse", etc.] y de corto, mediano y largo plazo para la sostenibilidad del Ministerio [i.e. sujeto presto a retribuir con su "publicidad del efecto", "adquisiciones", "donaciones", etc.].

Capítulo 8.-
Los Milagros en Un Curso de Milagros
Autor: Robert Perry

'Un Curso de Milagros', la soberbia denominación que viera luz hacia 1976, de la mano de Helen Schucman, constituye un programa revolucionario sui géneris, ya no sólo por su atribuida fuente (Crística), el método de su puesta en escena (canalización) y las circunstancias de su gesta (giro en la colaboración Schucman-Thetford, tensiva al extremo en sus orígenes); sino por la calidad de la propuesta misma (inusual refinamiento intelectual) amén de la gran aceptación y popularidad que ha alcanzado desde entonces, no exenta empero de controversia. [15]

El CM aun cuando asimilado al Movimiento de la Nueva Era, es atípico dentro de éste. El académico holandés Wouter Hanegraaff ve en él una versión cristianizada de la Vedanta No Dualista. Otrosí, el curso hace eco de diversas tradiciones espirituales y corrientes psicológicas, pero no al modo de cajón de sastre, sino con un fino guión y desarrollos originales.

Si bien construye sobre la misma forma que el milagro tradicional, lo enriquece inyectándole diferente contenido, en una suerte de instalación paradójica que, al tiempo que amplía el concepto de milagro, acaba por reducirlo.

Allí donde la imagen habitual del milagro informa una excepción a —o violación de— la ley natural, el CM afirma su naturalidad. Allí donde el milagro tradicional es proveído por los raros prodigios espirituales (rebosantes en santidad y dotes especiales) que de tiempo en tiempo nos obsequian con su compañía; el CM no presupone y, por el contrario, desalienta cualquier indicación de superioridad del trabajador de milagros en relación con el receptor, y pone el "don" al alcance de todo aquel lo suficientemente motivado y entregado a las lecciones. Allí donde el uno alcanza su plenum en la resolución de la dolencia o enfermedad, el otro tiene su foco en sanar la mente y las relaciones interpersonales, de lo que se sigue eventualmente el bienestar físico.

De este modo cualquier manifestación física dramática (como caminar sobre el agua, controlar tempestades, etc.) o curaciones extraordinarias (si las hubiera) que no toquen la mente (la correcta percepción de las cosas), no calificarían de milagros.

El CM se distancia de la magia al considerar que ésta es estrictamente el uso del poder personal para manipular las ilusiones, allí donde el milagro es el poder de Dios —Espíritu Santo— aplicado a sanar la mente y se da en el "encuentro sagrado" y en el "sagrado instante" cuando la "verdadera percepción" (y no la "energía" u otras perlas) se transfiere de la mente de un otorgador (que a la sazón la ha instalado en sí/se ha instalado en ella) a la de un receptor particular, vía un comportamiento (palabra, sonrisa, gesto, etc.) de aquel, al que éste responderá con su gratitud y de este modo facilitará a su turno la evolución del otorgador o trabajador de milagros.

Por "verdadera percepción" se entiende aquí el reconocimiento de la real naturaleza del que recibe la gracia: no un cuerpo, no un ego, no una mera unidad psicofísica, sino un Hijo de Dios (con todas las notas espirituales que ello supone) que eventualmente ha caído en el sueño de ser un ser humano, y un ser humano reducido. La sanidad es, pues, efecto de afirmar su auténtica naturaleza, no la circunstanciada ilusión.

Del lado del receptor, la "verdadera percepción" va de la mano con la conciencia de ser "liberado de toda culpa", no en virtud de un generoso perdón que proviene de lo alto, y que el otorgador se encargaría de transmitir (enfoque convencional); sino por su participación de la perspectiva divina de las cosas, donde el veredicto sería la ausencia de pecado en sus acciones (por crueles que hayan sido), dada su condición de durmiente (no despierto) y soñador (no conciente).

Nótese que si bien se requiere del otorgador en calidad de "canal" para facilitar el milagro, el comportamiento y maneras de éste (accesibles al receptor) no sucumben a exigencia de localidad alguna [16], ya que el verdadero agente es el Espíritu Santo, que está más allá del espacio y el tiempo.

Finalmente, el CM no pretende (por lo menos en teoría) convertir a nadie a una determinada fe o sumar prosélitos, lo cual considera una falta de comprensión de lo que es el ministerio de sanación. [17]

Capítulo 9.-
El Milagro de la Psicoterapia
Autor: Ron Johnson

La psicoterapia es el espacio por excelencia para facilitar el cambio de actitudes y comportamientos que han de conducir al sujeto a una vida más plena. Existen muchas expresiones de este arte-ciencia, entre las que podemos enumerar: la terapia centrada en el cliente, la racional-emotiva, la terapia cognitiva, la terapia conductual, la cognitivo-conductual, entre otras.

Ahora, a pesar del "boom" psicoterapéutico de estos tiempos, no puede afirmarse sin más —en balance y proyección— que la totalidad de sujetos que acuden/an a terapia consiguen/an por esta vía superar la problemática que los aqueja; ello no obstante las calificaciones, el historial de logros y los esfuerzos desplegados del terapeuta en el caso particular.

Es seguro que los terapeutas con muchas horas de ejercicio, más allá del aura de "magos" o "milagreros" que pudieran tener, cuentan en su haber un número de casos (extremos) de asimetría entre el tiempo/esfuerzo invertido y el logro desplegado por el cliente: sujetos que responden increíblemente al poco tiempo de iniciado el proceso (partida y sostenibiilidad) y sujetos que, a la inversa, no parecen estar más cerca de la meta final expectada que al principio, a pesar de la gran inversión de tiempo (¡a veces años!) y recursos de un terapeuta calificado y de ellos mismos.

Por todo ello, puede afirmarse sin tapujos que:

— La psicoterapia constituye un espacio abierto a la manifestación de "milagros". Y,

— Cualquiera sea la efectividad acumulada del terapeuta, éste debe conducirse siempre con honestidad y genuina humildad.

Capítulo 10.-
Espiritualizando lo Desconocido
Autor: Louis Hoffman & Steve Fehl

En nuestra evolución hacia la postmodernidad, asistimos a una diferenciación entre lo "religioso" (asimilado a lo institucional, el contenido y lo conocido) y lo "espiritual" (a lo personal, el proceso y lo desconocido), con una movilización de las voluntades a favor de la segunda categoría; allí donde hace un siglo más o menos, esta escisión carecería de sentido.

El fenómeno puede explicarse como una reacción adaptativa (traducida en disconformidad, pérdida de confianza, etc.) de las feligresías ante: i).- la creciente complejización litúrgica de la religión que se distancia de lo personal-significativo, ii).- su obligada articulación racional ("apologética", defensiva) ante el desafío del avance de la ciencia y, iii).- el poder acumulado por la religión institucionalizada y su abuso histórico.

Una apreciación cuidadosa nos revela cómo la espiritualidad, antes que antagonizar con la religión, constituye su tabla de salvación; que ambas son como las dos caras de una moneda, con límites permeables; y que la prevalencia de aquella sobre ésta tiene su paralelo con la metáfora bíblica de la "carne" (lo desconocido, espiritual, paranormal) sobre la "leche" (lo conocido, religioso).

Los autores hacen radicar el fundamento de las enseñanzas de los grandes maestros de la humanidad en lo desconocido, que no lo conocido (y por ende dan jerarquía a la espiritualidad sobre la religión en su necesaria asociación, que no disyunción); en lo paradójico antes que lo claro y distinto; y nos advierten a este respecto —con lectura existencialista filosófica y psicológica— del peligro (enfermedad, patología) de los fundamentalismos religioso, espiritual y científico.

Para terminar: lo desconocido cubre las notas de lo milagroso, lo paranormal, lo paradójico, el temor reverente, la duda, etc. Una propuesta espiritual-religiosa será saludable en tanto les dé lugar.

Capítulo 11.-
Experiencia Personal, Auto-Reporte e Hipérbole
Autor: Phillip Brownell

Sufrir en carne propia un milagro o acontecimiento paranormal, ser testigo de hecho del mismo y/o aproximarnos a la experiencia de otros con este tenor, aun cuando nos abra de par en par las puertas de lo trascendente —y descoloque en relación con todo lo hasta entonces vivido o asumido posible— son, con todo, variedades de la experiencia humana y pueden, por lo tanto, ser analizadas, entendidas y asimiladas en términos de la ciencia y filosofía de la experiencia.

No se trata acá de empoderarse metodológicamente para llegar a conclusiones ontológicas y epistemológicas (léase: la verdad en torno al milagro o acontecimiento paranormal), sino de una exploración heurística de estos reportes personales, a los efectos de acompañar profesionalmente el manejo que haga de ellos el sujeto, asumido su impacto psicológico y secuelas.

El terapeuta de orientación gestalt tiene a su disposición varias entradas para tratar con sus eventuales interlocutores que se hallan en una u otra situación. Puede

— emprender un método fenomenológico,

— comprometer al cliente dialógicamente,

— trabajar con el espacio de vida o campo del cliente, y

— crear nuevas experiencias a través de experimentos diseñados para resaltar conciencia.

Capítulo 12.-
Música y lo Milagroso: La Neurofisiología del Significado Emotivo de la Música.
Autor: Candace S. Alcorta

Para nadie es novedad la afirmación de que la música nos mueve emocionalmente y tiene efectos en nuestro rendimiento cognitivo y social. Sin embargo, estamos aprendiendo la medida y el cómo es esto posible a la luz de la neurociencia (con el apoyo de la moderna tecnología de la imagen), la psicología del desarrollo y los estudios interculturales.

De hecho, advertimos el posicionamiento diferencial de la música en nuestra economía biopsicosocial a través de los diversos cortes prenatales, infancia, niñez, adolescencia y siguientes. Otrosí, vemos que si bien ya traemos en nuestro equipamiento ingénito ciertas habilidades básicas para percibir y atender las características estructurales y emocionales de los sonidos musicales, al igual que ciertas preferencias en tono, timbre, ritmo, etc., se requiere no obstante de la exposición cultural y la socialización, que hace posible la maduración heterocrónica de las diversas facetas del cerebro musical.

Y comprendemos que, no obstante algunos permanecen mistificados por los atributos y efectos de la música, y otros concluyen que ésta es un mero subproducto —aunque delicioso— de otras capacidades humanas evolucionadas, hay quienes le asignan roles en la evolución, que van desde las ventajas en territorialidad y reproducción, hasta facilitar la empatía, cooperación e integración de individuos no relacionados por parentesco (y por ende la cohesión grupal necesaria al proceso social).

En lo que concierne a la articulación de la música con lo milagroso y lo paranormal, se destaca su poder para gatillar el acceso pautado a redes neurales especializadas que hacen posible el divorcio del individuo de su yo autobiográfico en lo que se conoce como "experiencia extática" o "trance". Entonces el sujeto es capaz de rendimientos tales como comunicarse con los 'espíritus' y obtener de ellos información relevante, hablar en lenguas, incrementar su resistencia al dolor, etc. Nótese que el rendimiento del sujeto en trance, con todo lo asombroso que pudiera ser, no deja de estar pautado por el script de la cultura. Así, no se espera que un pentecostalista en su hablar en lenguas saque a colación alguna proferencia de los espíritus hekuba yanoamos. El script determina el tiempo de inicio del trance, su duración, el comportamiento del sujeto (muy estructurado, estereotipado y predecible) así como el estilo de salirse de dicho estado alterado.

Capítulo 13.-
Revelación y la Práctica de la Profecía: Con Especial Referencia al Rabí Nachman de Breslov
Autor: Dan Merkur

Todas las religiones están basadas en el supuesto [fundado en la 'revelación', elevado a "axioma" o 'dogma'] de un proceso dialógico entre Dios [o quien hace las veces] y el hombre, entendido y elaborado doctrinalmente en las formas idiosincráticas respectivas; pero es mérito del Judaísmo el haber hecho de este diálogo el centro de sus enseñanzas.

Así, para el sentir judío, Dios sostiene con nosotros, su humana creación, una comunicación permanente a través de señales (revelaciones, milagros), entendidas ya como instrumentos (recompensa, castigo) para corresponder a nuestra línea electiva de conducta (Deuteronomio), ya para facilitarnos una enseñanza (Elihu, en Job; Rabí Nachman, etc.), o bien en respuesta a determinadas prácticas espirituales como son la oración (i.e. el dirigirnos a Él, en humor libre o formal), la meditación (kawwanah [18], hitbodedut [19], hitbonenut [20]), así como nuestros actos de enmienda/reparación (tikkun) [21].

En realidad, toda inspiración —incluso la científica— tiene su fuente en la Gracia Divina, que se precipita o halla su vehículo cuando las condiciones están dadas. Otrosí, toda la naturaleza está abierta a servir de vehículo a la comunicación de Dios, donde los límites los pone únicamente nuestro estado de despertar (de conciencia). Sin embargo, la historia no cesa de informarnos cómo el hombre es deplorablemente ineficiente cuando se trata de responder a las revelaciones.

De todas las expresiones de la comunicación de Dios, las que más han llamado la atención a los hombres son las que se abren a la esfera de lo paranormal (la visión lega del 'milagro') aun cuando para el buen entendimiento, hasta los obstáculos que afligen al hombre de cara a sus propios fines o al arrepentimiento, pueden ser leídos como 'revelación' o 'milagro'.

Maimónides [1135-1204], rabino y médico, ve en el arreglo de los elementos del 'milagro', por más extraordinario e insólito que pareciese, un hecho natural (y cuya explicación debe buscarse en las ciencias respectivas, vg. la física); donde lo 'milagroso' radica en su ocurrencia personal-significativa al sujeto, en un tiempo particular (oportuno) y una gestalt particular, cuando muchas otras gestalts son igualmente posibles. [22] [23]

Están en deuda con Maimónides la Kabbalah práctica medieval (s. XIII) y el Hasidismo. La primera, con cimientos en el 'Sefer ha Zohar' (Libro del Esplendor) hace de la 'Shekkinah' (Presencia) [24]—caro objeto de meditación— más allá de su substancia e interpretación psicológica (en el rabino), una hipóstasis femenina de lo divino, que da lugar a la 'unio mystica', un 'hieros gamos', un matrimonio sagrado entre el alma del kabbalista (♂) y el aspecto femenino (♀) dentro de lo divino.

El Rabí Nachman de Breslov [1772-1810], bisnieto del Baal Shem Tov (Padre del Hasidismo) y forjador de la secta Breslover, si bien con una actitud poco convencional ya entre los hasidistas, es un referente importante entre otras cosas, por su énfasis en asegurar la puesta de Dios en diálogo sostenido con el hombre a través de la oración (el habla directa en alta voz), donde Aquél se expresa en el lenguaje de señales/inspiraciones/eventos milagrosos. [25]

Con base en el aporte del Rabí Nachman, Martin Buber [1878-1965] nos lega sus desarrollos filosóficos en torno a dos formas diferenciadas, pero igualmente básicas, de experimentar la realidad: las relaciones 'Yo-Ello' (privilegiada por la filosofía y la ciencia) y 'Yo-Tú' (id. por la religión). [26]

El drama del hombre es su continua oscilación entre ambas actitudes, su incapacidad para mantenerse instalado en la actitud 'Yo-Tú' en su día a día y, más aún, su disposición (¡elevada a pretensión!) de desplazar ésta por la prevalencia de su par 'Yo-Ello', como se verifica en el "moderno" hacer de la religión materia de fe privada y, de la ciencia, el único discurso y/o práctica que sí tiene que ver con la realidad.

Por último, tenemos también que, inspirado posiblemente en el aporte del Rabí Nachman (en lo que toca al cultivo de la empatía), debemos A. J. Heschel una comprensión del estado y rol profético, que caracteriza a dicho servidor como que siendo un 'homo sympathethikos' con el pathos de Dios; es decir, estando en 'Unio Sympathetica' antes que 'Unio Mystica' con Él, con todo lo que de aquí se sigue para el sentimiento y, sobre todo, la acción.

○ Conclusiones [J.Harold Ellens].- Se invita a prestar atención a:

— La universalidad, frecuencia y normalidad de incidencias paranormales.

— La existencia de patrones (intersujeto, interculturales) abiertos a la categorización y el análisis.

— El costo de la inatención (i, ii) → Alta Mistificación → insights ignorados sobre la naturaleza y fuente de fenómenos Paranormales.

— La disponibilidad de criterios para sortear lo real y lo irreal en lo que toca a lo paranormal.

— La disponibilidad del público para alimentar una base de datos prolífica, abierta a la investigación.

— La ponderación del peso relativo de la aproximación fenomenológica, la interpretación heurística y la data empírica de cara al conocimiento.

— La expansión del paradigma científico en relación a la opulencia de los supuestos admitidos (vg. existencia de Dios, relación de Dios con el mundo, etc.) en la investigación, de cara al aprovechamiento de data potencial y nuevos modelos de conocimiento y entendimiento humano.

Escribe: Eduardo Mendoza M.
Lima, febrero de 2013.

Bibliografía.-

1. ELLENS, J. Harold. Editor (2008): “Miracles: God, Science, and Psychology in the Paranormal.” Vol. 3. Parapsychological Perspectives. Praeger.


Notas.-

* Plantel de Autores: Alcorta, Candace; Brownell, Phillip; Ellens, J. Harold; Fehl, Steve; Geiger, John; Hoffman, Louis; Hood, Ralph; Johnson, Ron; Joubert, Nicolene; Kurzenberger, Marika; Merkur, Dan; Perry, Robert; Pullum, Stephen; Roberts, Thomas; Rogers, Stevens; Suedfeld, Peter.

** Sobre las Llamadas.-

Dada la clave [A:B:C] de investidura numeral (vg. [1:4:7], el primer dígito "A" llama a la unidad bibliográfica en uso; el segundo dígito "B", al capítulo y el tercer dígito "C", a la página o páginas correspondientes a la cita o mención.

[1] Esta definición de "milagro", tomada al azar del libro en referencia [Cf. 1:6:118], corresponde a la autoría de Nicolene L. Joulbert.

[2] Bajo circunstancias muy similares, la estimulación magnética transcraneal de los lóbulos temporales induce en algunas personas la sensación de una presencia etérica ("fantasma") en la habitación, mientras que en otras no. En otro lugar [véase: científicos: Persinger] se introdujo a modo de ilustración el caso "negativo" de Richard Dawkins, biólogo y ateo militante.

[3] En clásicos como 'La Iliada' (atribuida a Homero) vemos a los dioses tomando partido por los sucesos humanos y transmitiéndoles (por el recurso a la 'voz del dios') su voluntad. Bajo la lente de la teoría jaynesiana (de suyo, controvertida), se aprecia en los héroes una falta de conciencia reflexiva para guiar sus actividades en circunstancias difíciles; carencia que es suplida por los dioses. Más que un mero estilo literario, ello ilustraría el funcionamiento de la mente bicameral.

[4] Ralph W. Hood Jr. es categórico al afirmar que:

"En virtualmente cada encuesta, cuando son evaluadas ambas, las experiencias paranormales y místicas, ellas están positivamente correlacionadas y reportadas en frecuencias similares en que al menos una tercera parte de las personas muestreadas responden positivamente a ambas preguntas de misticismo y paranormales. Algunas experiencias paranormales, tales como PES, son reportadas en porcentajes que casi doblan el ratio de la experiencia mística. Entonces, las personas que reportan experiencias paranormales a menudo también reportan experiencias místicas, y viceversa". [1:2:19].

[5] En la literatura de investigación con enteógenos se ha difundido el empleo de los términos ténicos 'set' y 'setting'. Donde:
Set: alude a las expectativas y motivaciones del sujeto en relación con su ingesta de la sustancia.
Setting: se refiere al contexto físico, interpersonal y las circunstancias concretas en los que tiene lugar la administración/ingesta del enteógeno: individual/ grupal, lúdico/terapéutico/ritual.

[6] El Diccionario de Parapsicología de Werner E. Bonin desarrolla el concepto de 'Sincronicidad' en estos términos:

Sincronicidad (del grieg. syn; junto, y chronos; tiempo). Término creado por Jung para designar un principio que habría de explicar la relación inteligente, pero no causal de acontecimientos, la "coincidencia conforme al sentido" de dos o más acontecimientos. Si se acepta la hipótesis, se hace supérflua la aceptación de una función psi que habría de hacer posible un entendimiento causal. Jung desarrolló la hipótesis en colaboración con el físico Wolfgang Pauli (1900-1958). He aquí alguna cita de los ejemplos dados por Jung:

"El 1 de Abril de 1949 he anotado, por la mañana, una inscripción que aparece en una figura, con cuerpo humano y cola de pez. En la comida del mediodía hubo pescado. Alguien mencionó la costumbre del 'Pescado de Abril'. Por la tarde una antigua paciente, a la que no había vuelto a ver desde hacía meses, me enseñó una fotografía de peces muy interesantes. Por la noche alguien me enseñó un bordado que representa monstruos de mar y peces. Muy temprano al día siguiente vi una paciente a la que no había visto desde hacía diez años: la noche anterior había soñado con un gran pez. Cuando, unos meses más tarde, utilicé esta serie de hechos en un trabajo bastante extenso cuya redacción acababa de terminar, salí de mi casa y me acerqué a la orilla del lago, donde aquella mañana ya había estado varias veces. Esta vez yacía un pez, de más de un pie de largo, sobre el muro que da al lago. Como nadie podía haber estado allí, no sé cómo el animal pudo haber llegado a ese lugar". (Jung, 1952:272).

Jung distingue en detalle tres categorías de s.: 1. Coincidencia de un estado psíquico del observador con un acontecimiento objetivo, externo, que tiene lugar al mismo tiempo y que corresponde al estado psíquico, sin que se pueda pensar en una relación causal; 2. coincidencia de un estado psíquico con el correspondiente acontecimiento externo, que no puede ser percibido por la persona que experimenta el primero; 3. coincidencia de un estado psíquico con un acontecimiento futuro ("distante en el tiempo"). Estas coincidencias están integradas por dos partes: 1. una idea imaginaria inconsciente se hace consciente; estas imágenes son directas, o sea, reproducen directamente el acontecimiento externo, o bien son indirectas, simbolizan el acontecimiento. Según Jung, las imágenes son casi siempre de carácter arquetípico; a este estado de conciencia corresponde 2. el acontecimiento externo. Con la hipótesis de la s. Jung intenta captar no sólo las manifestaciones paranormales en su sentido más estricto, sino que, a partir de ella, quiere entender también la astrología, mántica, etc. En las ideas de Jung relacionadas con la s. desempeñaron también, aunque de modo pasajero, cierto papel conceptos como el del pleroma gnóstico: pleroma significa en la gnosis el lugar que ocupa Dios y todas las revelaciones; si se acepta la existencia de un espacio intermedio, ni interno (psíquico), ni externo (entorno), se podría concebir el fenómeno del sincronismo como una participación de lo anímico interno y de la realidad exterior en los acontecimientos de este mundo intermedio.

"Los acontecimientos paralelos no permiten reconocer, en principio, una mutua relación causal, por lo que les es inherente un carácter fortuito. La única unión reconocible y determinable entre ellos es su sentido común (o su semejanza). La antigua doctrina de la correspondencia se basa en la experiencia de tales relaciones, que alcanzó su punto culminante, y al mismo tiempo su final provisional, en la idea de la armonía preestablecida de Leibnitz, para ser sustituida luego por la causalidad. S. significa la moderna diferenciación de los conceptos obsoletos de correspondencia, simpatía y armonía. No se basa en una hipótesis filosófica, sino en la observación y la experiencia (esto último lo niegan los no adeptos de Jung). Los fenómenos sincronistas constituyen una prueba de la presencia simultánea de uniformidad manifiesta en procesos heterogéneos, no relacionados acausalmente; o con otras palabras, demuestran el hecho de que un contenido percibido por un observador, puede ser representado al mismo tiempo, sin relación causal, por un acotecimiento externo. De ello se deduce la consecuencia de que, o bien la psiquis no es localizable espacialmente, o bien el espacio es psíquicamente relativo. Lo mismo se puede decir para la localización temporal de la psiquis, o para el tiempo en sí". (Jung 1952: 283).

[7] El Experimento del Viernes Santo (1962) y el perfeccionado Experimento Hopkins (2006) se consideran estándares de oro en la investigación experimental con enteógenos.

[8] Esto ocurre porque con el tiempo nos topamos con revelaciones que no cuajan juntas, y con interpretaciones en competencia del significado de las mismas, siendo el caso que sus recibidores originales ya no estaban vivos para proporcionar el correcto sentido. Por ello, las revelaciones empezaron a ser vistas con gran suspicacia, sujetas a controversia que exigían modos más formalizados y criteriados de zanjarlas, cuando no se imponían por la fuerza y a través de la persecución de los disidentes.

[9] Esta entrada nos recuerda al psicólogo peruano Raúl González Moreyra (†) quien otrora acuñó la categoría "Supremo Observador Inambiguo" (SOI), poniéndola a disposición de la comunidad científica para "caracterizar a quienes se autoeligen ya poseedores de la verdad absoluta". [Temas en Psicología Cognitiva/Modelos Teóricos en Psicología].

[10] Detección de Agencia: Mecanismo para la detección del agente, causa o fuente de un cambio. Su substrato se localiza en el Córtex Prefrontal.

[11] Teoría de la mente: A veces llamada 'cognición social'. Nuestra capacidad para atribuir/deducir los estados mentales e intenciones de nosotros mismos y otros agentes.

[12] Proyecto Crossroads.- Un estudio cualitativo exploratorio conducido por una compañía de investigación de mercados sudafricana independiente —"Qualitative Intelligence"— (Kotze y De Kock, 2007); parcialmente encargado por la autora (Nicolene L. Joulbert), cuyo propósito fue explorar los milagros dentro de la visión del mundo africana.

[13] Iglesias Carismáticas.- Iglesias Carismáticas No-Denominacionales e Iglesias Bautistas.

[14] Iglesias Cristianas Tradicionales.- Anglicana, Metodista, Presbiteriana, Católica, Reformada y Holandesa Reformada.

[15] Sobre los orígenes del CM, sus características, estructura, el marco del emprendimiento y conceptos básicos, discursa Enric Corbera.Ver: http://www.youtube.com/watch?v=K4uYa4rVvXc [La Caja de Pandora].

[16] Los milagros pueden ocurrir, de suyo, a distancia.

[17] Nótese que en contraste con la "sugestión de masas", que a la mirada racional constituye el vehículo de un eventual efecto "milagroso" de los sanadores por la fe (con independencia de alguna eventual intervención "sobrenatural"); el CM privilegiaría la "persuasión" del sujeto [que no excluye sugestión], con base en el estudio, la reflexión y la aplicación a la práctica.

[18] El término 'Kawwanah', traducido por 'meditación' (Scholem, 1981), y al que se asimilan diversos procedimientos meditativos de los místicos judíos (Verman, 1996); refiere, en su uso talmúdico, al acto de atender el significado de las palabras recitadas durante la oración, de modo tal que evite distracciones. En su uso contemporáneo, apunta al significado o la intención de las palabras de la oración, a diferencia de recitarlas sin pensar.

[19] 'Hitbodedut' (hebr.: "hacerse uno solitario"), es un término tradicional del que hace uso el Rabí Nachman en referencia a sus prácticas de meditación, en un entorno de aislamiento o retiro; y muy en particular la de entregarse a hablar con Dios, cualquiera el tema.

[20] 'Hitbonenut'.- Es un aspecto de la meditación (cuya introducción es atribuida a Maimónides) desarrollado por Rabí Nachman, que refiere al "auto-entendimiento" del meditador, a la luz no de los propios motivos, sino de los propósitos de Dios para éste, en las particularidades o detalles de su vida. El procedimiento de hitbonenut apunta a descubrir el propósito inmediato del momento presente, para el cual uno ha venido a la vida.

Para un apunte sobre 'hitbodedut' y 'hitbonenut', véase: http://www.inner.org/responsa/leter2/resp68.htm

[21] 'Tikkun'.- "corrección", "reparación", un trabajo preparatorio a la futura redención, que se espera realice el judío. Sobre el concepto, considérense las siguientes acepciones:

1. Un tikun es un estado de perfección y orden.

2. "El mundo de Tikun" (olam hatikkun, "el mundo de orden rectificado") es el que primero manifiesta este estado, que es sinónimo con el mundo de Atzilut.

3. Tikun es el proceso espiritual de liberar y recuperar los fragmentos de la luz divina atrapado dentro del reino material, inconsciente de la presencia de Dios, restaurando así el mundo a su estado inicialmente previsto de la perfección. Esto se logra mediante el cumplimiento de las mitzvot.

4. Tikun es un remedio prescrito contra los efectos de la comisión de un pecado.

Fuente: 'Glosario de Kabbalah y Chassidut (y otros términos hebreos)': http://www.inner.org/glossary/gloss_t.htm

[22] En el Programa "Creencias" del antiguo Canal Infinito, en un capítulo dedicado a las "Curaciones Milagrosas", el Dr. Angel Kreiman Brill, representante de la fe judía expone este punto de vista de Maimónides. Ver: http://www.youtube.com/watch?v=GhMwwdDRtgU

[23] Aquí conviene recordar una vez más el concepto 'Sincronicidad', debido a la colaboración Jung-Pauli. [V.nota 6].

[24] 'Shekkinah' es palabra hebrea que significa "Presencia". La Kawwanah está dirigida a permitir que el judío perciba la Divina Presencia ante él.

El 'Glosario de Kabbalah y Chassidut, etc.', expone esta noción (con sesgo kabalista) haciendo uso de la grafía 'Shechinah', en los terminos que acusamos a continuación:

Shechinah es la Presencia divina inmanente que es inherente en el universo, que corresponde a la sefirá de maljut, el aspecto 'femenino' de la Divinidad.

Fuente: http://www.inner.org/glossary/gloss_s.htm

[25] A través de la práctica de hitbodedut, Nachman buscaba comprometer a Dios en conversación —simple o sofisticada—, un diálogo de oración y milagro, inspiración y devoción; lo que no equivale a afirmar que apuntaba a la producción de experiencias místicas y paranormales per se.

[26] El Dr. Ran Lahav discursa sobre Martin Buber, en torno a las relaciones "Yo-Ello" y "Yo-Tú". Ver: http://www.youtube.com/watch?v=-AiSOTdO0pk y http://www.youtube.com/watch?v=R3P_J_k3yCU

NO LE PIDAS A DIOS EN ORACIÓN QUE GUÍE TUS PASOS,
SI NO QUIERES MOVER TUS PIES”
 [♀♂]


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Jesús camina sobre las aguas

Jesús camina sobre las aguas

Apolonio de Tyana
Maestro Espiritual del 1er siglo de la E.C. y Performador de Milagros

Bárbara Guerrero, "Pachita".

Bárbara Guerrero - "Pachita"
Psicocirujana Mexicana
de reconocida trayectoria
en la canalización de
"milagros"

Soldados

Soldado salva "milagrosamente" al evacuar "justo a tiempo" su trinchera

Oración de intercesión colectiva

Oración de intercesión colectiva, peticionando la salud de un paciente

Psicoterapia

Psicoterapia
podría conducir a transformaciones "milagrosas" de las actitudes y el comportamiento humano

Milagro Japonés

El "Milagro" Japonés

Maimónides

Maimónides
[1135-1204]

Rabbi Nachman de Breslov

Rabí Nachman de Breslov
[1772-1810]

Martin Buber

Martin Buber
[1878-1965]
Relaciones Yo-Tú vs.
Relaciones Yo-Ello

Un Curso de Milagros

Un Curso de Milagros
(De supuesto origen Crístico)

Cristo

Imagen Crística asociada al
Curso de Milagros

Helen Schucman

Helen Schucman
(1909-1981)
(Quien canalizara y transcribiera
el Curso de Milagros, según la historia oficial; dato hecho público con posterioridad
a la fecha de su sensible fallecimiento)

[Más allá del marco textual para el Curso de Milagros y su valor intrínseco, abierto a consideraciones de orden teológico, filosófico, psicológico y el sentir de las personas afectas, el contexto no deja de ofrecer al interesado alguna lectura conspiracionista sobre el origen y fondo de esta vertiente] [ver].

* Penetraciones agudas de muchas tradiciones, cristianismo refinado, originalidad, creatividad, relevancia, complejidad, re-semantización de conceptos, sanación esencial, orientación básica a la sanidad mental, transformación perceptual, relaciones interpersonales, desarrollo espiritual, etc.

Stanislav Grof

Stanislav Grof
Psiquiatra Transpersonal, especialista en las aplicaciones psicoterapéuticas de las sustancias enteógenas

Visiones Enteogénicas

Visiones facilitadas por sustancias enteógenas

Asa A. Allen Oral Roberts Benny Hinn
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Sanadores (Cristianos) por la Fe
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