VISIONES DE RAJA YOGA - 2 Ir a: [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] [8] [9] [10]
Reseña: Siete conferencias propicia Chidananda para transmitirnos el sempiterno mensaje del Yoga en su Vía Regia, en el mismo espíritu de Patanjali, con la propia orientación de Sivananda; una doble ofrenda que mira en ambas direcciones de la flecha del tiempo: al Maestro y la Gran Tradición, y a las generaciones presentes y futuras sensibles a ella. Siete anillos entrelaza Chidananda para hacer circular, por la Gran Cadena, la omnipresente fuerza vital del Yoga que más que información es mensaje; más que mensaje, llamado; y más que llamado, recurso, dínamo-real de gran potencial transformador presto a ser re-descubierto y ensayado. La primera conferencia (1) nos habla del mundo, de la mente y del Yoga. Fiel al eje tradicional de la Filosofía Hindú, Sri Chidananda contrapone la dimensión terrestre de la experiencia de la Conciencia, propia de los humanos, a la Celeste, que es inherente a lo divino. De la primera resalta su tónica dolorosa, no como infeliz coyuntura sino como característica principal (A). De la segunda predica beatitud y gloria plenas. El drama humano radica en la pérdida de contacto - no de conexión - con nuestra fuente; y esta alienación ha sido operada por el "principio - mente" en su manifestación cósmica, en su individuación terrena; pero, y aquí nuestro autor introduce categórica la tesis del Yoga, el destino del hombre es la suprema felicidad y tal puede ser alcanzada aquí y ahora. Tras una lectura activa de esas líneas nos aprestamos a reconocer a Aquel que habla por boca del autor, que dialoga con él. Su presencia no se hace esperar. El Yoga se presenta a este nivel como una ciencia de origen indio pero de proyección Universal, cuyo propósito esbozado no se hunde en la utopía destinada al fracaso, sino que se realiza en la esencia misma del Ser. Porque no se trata de conquistar lo que no tenemos sino de recuperar lo que ya somos. Y nuestro pristino estado es la Unidad con la Realidad Cósmica, el Alma Universal,..., Dios. Y éste es un estado de no-dolor, de suprema felicidad. El autor nos presenta al Yoga como un sendero uno y plural; uno en el planteamiento, plural en los recursos y procedimientos, ajustado a los mejores capitales de cada buscador. En su aspectación plural, Yoga puede ser Jnana (de la Sabiduría), Karma (de la Acción), Raja (de la Mente y la Voluntad) y Bhakti (de la Devoción). El tema de estas conferencias es el Raja Yoga - el Yoga de la contemplación, la concentración y la meditación. Un enfoque de este género no puede ignorar la mente: su constitución, sus propiedades y su rol en el drama humano. Sri Chidananda, al más puro estilo yóguico, la capta desde arriba, como principio y substancia; no desde abajo, como función neuropsicológica, con expresiones individualizadas (que tan caro es a Occidente). Y ténganse en cuenta: a.- la tendencia centrífuga de la mente, b.- su objetuación y c.- su versatilidad, pues son estas tres notas del principio "mente" las que el Yoga tendrá que enfrentar, regular y/o transmutar, en un titánico proceso, para que la mente en vez de obstaculizar el restablecimiento del viviente a su pristino estado, sea su facilitadora real. La segunda conferencia (2) nos ubica con mayor precisión en el terreno. A este nivel, Sri Chidananda atribuye al Yoga la condición de ser "la esencia de las religiones del mundo", más allá de sus marcos históricos, rituales y superestructuras. Yoga es el camino a la experiencia-de-Dios por el hombre, cuyas notas más resaltantes son la suprema beatitud y perfección. Ello no equivale hacer del Yoga una religión exclusivista y superior (discurso al que ya estamos acostumbrados desde otras parcelas). Ni siquiera se trataría en sí de una religión pues, aunque su propósito no es ajeno al de las religiones históricas, para cumplirlo optó desde antiguo por una sistematización científica de sus postulados y prácticas, los que a su tiempo podrán dar cuenta de los esfuerzos y resultados que se operan desde diversas canteras cultistas. La tarea que tiene el Yoga ante sí es, pues, reintegrar al viviente humano a su condición pristina mediante una regulación y superación de la dinámica mental. Y el Raja Yoga se aplicará eficientemente a este propósito enfrentando al dinamismo de la mente, combinando la concentración progresiva con el binomio desapasionamiento-retirada. Raja Yoga prescribe desde su base una retirada de los sentidos respecto a los objetos sensoriales, de la mente respecto a los sentidos y de uno mismo respecto de la mente. Al Raja Yoga debemos aproximarnos integrando teoría y praxis, valiéndonos de él, sirviéndonos de él en el ejercicio de nuestra vida diaria, y no tan sólo contentarnos con el conocimiento abstracto. Eso enseña Chidananda. El tema de la tercera conferencia (3) gira en torno a la mente y su actividad, los estados mentales, la práctica de la concentración y sus grados, los obstáculos en la senda del Yoga, y remata con algunas sugerencias para superar estos obstáculos, siempre desde la perspectiva tradicional. El Swami llama la atención sobre la mediación mental de nuestros contactos con la realidad y, por lo tanto, la irrealidad metafísica de estas experiencias. Su argumento toma en cuenta la arbitrariedad de nuestro marco de referencia en el llamado estado de vigilia frente al estado de ensueños y al dormir profundo. Nuestra colocación en uno de éstos disuelve la realidad de los otros. Son, pues, todos ellos, estados de la mente. Para el Yogui, nuestro mayor o menor envolvimiento con estas mediaciones mentales - Samsara - es la causa-raíz de nuestra alienación del propio Ser.Visto lo anterior, se perfila ya el propósito del Yoga: controlar la mente y ponernos en contacto con la Realidad Última. Para ello, el Raja Yoga prescribe Abhyasa (Práctica) y Vairagya (Desapasionamiento/desapego). Siendo el Raja Yoga una disciplina que aplica la disciplina de la voluntad, la tercera conferencia se expande en la consideración de los diferentes grados de concentración abiertos a la experiencia del Yogui. Conscientes del riesgo a esquematizar las ideas del autor (y las de Patanjali), nos atrevemos aquí a presentarlos en su secuencia ascendente como : 1.- concentración en los aspectos fenoménicos del objeto, 2.- concentración en los aspectos esenciales del objeto, 3.- metaconcentración en los procesos perceptuales y la práctica de concentración sobre el objeto, 4.- concentración en el sujeto funcionalmente desligado de lo esencial y fenoménico del objeto y del proceso perceptual mismo, 5.- concentración en la mente interna subconsciente (Chitta), absorbida en sí misma. Como se observa, cada grado de concentración es más profundo que el otro en la escala ascendente. Pero la profundización de la concentración no es gratuita, está plagado por múltiples obstáculos. Éstos serán superados al comprender el juego de la mente, al aferrarse a "algo" [superior], al entregarse a transformar las actitudes mentales negativas en positivas, adquiriendo particularmente la cualidad del contento, la fe en el camino emprendido del Yoga y, la intensa devoción a Dios [meditación OM] que, en opinión de Patanjali, puede vencer todos los obstáculos a la concentración. A partir de la cuarta conferencia (4) nos introducimos al Sadhana propiamente dicho (Sadhana = Práctica). Debemos recordar que el Yoga Clásico es Ashtanga Yoga (= Yoga de Ocho Miembros) pero su exposición en Patanjali no se dirige puntual y técnicamente a tales miembros, serialmente, uno tras otro, sino que prepara el terreno ideológico, mental y conductual del aspirante. Y a este fin se aboca la Kriya Yoga (capítulo de prácticas preparatorias) que, lejos de ser una "esquisitez" prescindible, tiene para el sistema la mayor de las importancias, al punto de facilitar o comprometer el éxito final. Kriya Yoga comprende Tapas (=austeridad), Svadyaya (=estudio espiritual) e Isvarapranidhana (=dedicación/consagración existencial a Dios). Quien haya leído la vida de los grandes Yogis, Profetas y Santos tendrá alguna idea del Tapas. El término que podría traducirse como calor, austeridad, intensidad o mortificación, consiste grosso modo en la restricción de los sentidos y control de los deseos a efectos de purificarse y concentrar energía que será movilizada - en Raja Yoga - a través de la concentración y meditación, por no mencionar a los Asana y Pranayama que les son subsidiarios. Esta práctica es de suyo gran tensionante. El estudio espiritual o Svadyaya, por su parte, absorbe al aspirante en la empresa por alcanzar a Dios, por tener una experiencia directa, íntima con Él. No se trata de un mero estudio informativo o especulativo sino de uno con efectos inspiracionales y autotransformativos. Finalmente, y coronando la Kriya, la Dedicación a Dios, Isvarapranidhana, convierte al aspirante en Su servidor en todas y cada una de las actividades sagradas y seculares. Vemos, entonces, que el Raja Yoga no es a este respecto diferente del Karma ni del Bhakti Yoga como mal se podría creer. Las prácticas de Kriya Yoga tienen el efecto de remover en el individuo las tendencias de la ignorancia espiritual, el egoísmo, el apego, la aversión y el aferramiento a la vida. Y la conferencia prosigue con un excurso sobre el conocimiento secular y el espiritual, colocándolos a cada cual en su auténtica dimensión, priorizando éste a aquél. La expresión operativa del conocimiento secular fundada en el "Yo soy el cuerpo" será activamente reemplazada por la del conocimiento espiritual, aquella que nos distingue y libera del cuerpo, los sentidos y la mente; para identificarnos con el Alma, el Espíritu, el Atmán. Llegamos finalmente a los dos primeros miembros del Yoga Clásico, Yama y Niyama, que serán enunciados y descritos sumariamente, advirtiendo el autor su carácter necesario, vinculante y no degradable si se quiere un éxito real en la empresa yóguica. La quinta conferencia (5) avanza hasta los miembros tres y cuatro del Yoga - Asanas y Pranayama respectivamente - en lo que se refiere al marco técnico; pero su énfasis mayor está puesto en relievar las disciplinas Kriya esbozadas en la precedente. El autor insiste en presentarnos la génesis del dolor y alienación humanos a partir de la Ignorancia Espiritual, que nos hace confundir y preferir lo temporal por lo eterno, lo ilusorio por lo real, y que, cual paradigma generacional, va pariendo en cascadas el egoísmo, el apego, la aversión y el aferramiento a la vida y lo material. Entonces caemos en cuenta de que nuestra cadena ha sido forjada; nuestra conciencia, empañada y polarizada; nuestro fuego, desviado y sofocado. Siendo la Ignorancia espiritual y sus subproductos, activos obstáculos para nuestra iluminación, nos corresponde reponernos activamente, recuperar nuestro puesto y dignidad primigenios. Y el Raja Yoga puede enseñarnos cómo hacerlo. Si en la cuarta conferencia asistimos al Kriya en estáticas instantáneas, ahora es tiempo de percibirla en la plenitud de su dinamismo. Veremos como Tapas, Svadyaya e Isvarapranidhana son potentes recursos, positivos y negativos, que desde tiempos inmemoriales - mucho antes de Patanjali, incluso - han enfrentado eficaz y eficientemente los multifacéticos juegos de la mente. Positivos, en tanto hay unos elementos que incorporar activamente a nuestro repertorio; Negativos, en cuanto hay otros que activamente descartar por incompatibles al Propósito Mayor. La Tradición parece decirnos que su Sistema está probado y validado, y que somos nosotros quienes estamos a prueba hoy por hoy. La sexta conferencia (6) nos ofrece una visión del gran tejido yóguico constituido por cuatro senderos diferenciados, como se adelantara en la conferencia inaugural: el Raja Yoga, el Karma Yoga, el Bhakti Yoga y el Jnana Yoga. En este entramado, y dado el propósito del tratado antes que por cualquier pretensión de jerarquía, se destaca la primera de las vías citadas. Todos los senderos conducen al aspirante hacia Dios, la Realidad Primera y Última, pero mientras la ruta kármica resalta la espiritualización de las acciones humanas, y la ruta bhakti eleva los sentimientos y emociones de lo mundano a lo divino, y la ruta jnana instrumentaliza la fuerza del intelecto, el análisis, la investigación para discriminar entre la realidad prima, eterna y las formas ilusorias, temporales y el consecuente desapego de estas últimas, el raja yoga enfrenta la tendencia centrífuga de la mente, la controla y la torna centrípeta, hacia el interior, en un continuo y progresivo acto de concentración - meditación - [contemplación], cuyo foco es Dios. En esta conferencia se introduce el concepto de Pratyahara, la línea fronteriza entre el Yoga externo y el Yoga interior, y se refuerzan conceptual y técnicamente, con vistas a la práctica, los conceptos de asana, pranayama, yama y niyama, destacando sus condiciones de eficiencia y sus beneficios. El ciclo de conferencias llega a su fin (7) con el tema de la mente despierta, donde avanzamos del Yoga exterior (Yama a Pranayama) al Yoga interno (Samyama: integración del Dharana, Dhyana y Samadhi Yóguicos como continuidad ejercida por la temperatura espiritual, al modo de la que se da entre el agua - la nieve - el hielo.), teniendo al Pratyahara como punto de giro o de transición, participando de ambas condiciones, de exterioridad e interioridad. El objetivo de la disciplina del Raja Yoga - de todo Yoga, en general - es la consecución del Samadhi o estado de Superconciencia, que podemos entender como nuestro contacto íntimo con la única y auténtica realidad, el plano espiritual, más allá de toda Maya o apariencias reificadas (B). Para esto, el Yoga exterior ha contribuido significativamente a domeñar la mente, a otorgarle cierta fijeza. Con el Pratyahara interiorizamos y generalizamos la práctica trascendiendo su pura naturaleza técnica en comportamiento natural, desde el punto de vista que la mente es una sola, que no hay una mente dirigida a nuestra vida secular exterior y otra a nuestras conquistas espirituales interiores, y con el claro entendimiento que todo lo alcanzado en unas cuantas horas de práctica diaria, podemos deshacerlo en el resto del día. Pues bien, Chidananda ya ha sido enfático al conceder, con Sri Krishna, que no es tarea fácil dominar la mente como propagandísticamente algunos quieren hacer creer; ahora nos entrega la clave del proceso: "Si Ud. ama a su Señor con todo su corazón, con todo su poder, con toda su alma, luego la concentración viene como un caballo galopante. Pero si su amor está dividido, la concentración no es muy fácil" (pp.60). A esto naturalmente sigue la definición del ser "Yogi" en términos de la prioridad con la que a Dios aspiramos: una prioridad uno. En la séptima y última conferencia, el autor atiende también a una fase mundana del sendero del Yoga: la eclosión de los superpoderes (siddhis). Ya ha desarrollado la noción del Samyama. Ahora, los superpoderes serían sus efectos secundarios, espontáneos o instrumentalizados. Siguiendo a Patanjali, Sri Chidananda da curso a la exposición de los mismos en tanto se aplique Samyama a la forma del cuerpo (→invisibilidad), elementos naturales (→inafectación), mente temporal (→recuerdo de vidas previas), etc. El autor es explícito en afirmar que hace la exposición de estos cumplimientos a guisa de dar cuenta de las posibilidades abiertas a la naturaleza humana (pp. 64), no en términos promocionales. En una conferencia anterior (3C, pp. 24) advirtió ya la distinción de Patanjali entre el aspirante espiritual genuino y los aspirantes a fines menores, entre los que están atraidos por los grandes poderes y los que buscan la experiencia con Dios. A éstos adviene la iluminación, a aquéllos, no. Y esta aclaración es importante porque, entendemos, conceder a los siddhis un puesto central no se condice con el espíritu del Yoga. Yama - Niyama - Asanas - Pranayama los ocho miembros del Yoga Clásico de Patanjali, anillo externo, puente y anillo interno, respectivamente, han sido tratados gradual y magistralmente por el autor en el curso de estas conferencias; una maestría que sólo puede provenir del íntimo contacto con un Maestro, una Tradición y una Práctica consistente. Recordamos a nuestros lectores que esta reseña no pretende sustituir la lectura de la obra original - nada más lejos de nuestra intención y de nuestra capacidad. Busca, en cambio, llamar la atención de la existencia de lecturas sistemáticas y autorizadas (no disponibles fácilmente en idioma Castellano) al tiempo que alerta al potencial lector, novel o veterano, sobre las entradas temáticas y los enfoques del autor(es) considerado(s). Reseñado por: Eduardo Mendoza M. (1) First Lecture: Raja Yoga is a Universal Science. (A) Lo que para Occidente es "entropía", la natural tendencia de todos los sistemas a la degradación, y que se expresa en términos de desorganización, enfermedad y muerte [nuestra lectura entrelíneas], para la India se lee en clave de "dolor". Pero mientras Occidente contrapone a esta natural tendencia el relativo contrapeso de la negantropía - la actividad organizada de los sistemas vivos e inteligentes [id], la India nos promete una liberación absoluta y efectiva de sus fauces en el Yoga. Yoga sería aquel poderoso instrumento capaz de enfrentar al dolor/entropía y superarlos. (N. del R.). (B) Nosotros nocionamos a partir de estas conferencias que el Raja Yoga - es como tomar al toro-de-la-mente por las astas con el poder de la voluntad y circunscribir su libertad de movimiento hacia el objetivo yóguico. O también, hacer que la luz dispersa de la mente se transforme en luz coherente, la máxima coherencia - que pasa por Pratyahara, Dharana y Dhyana - tal sería el Samadhi. (N. del R.). Sri Swami Chidananda Saraswati Maharaj Discípulo del Venerable Maestro Swami Sivananda, a cuya misión dedicara la mayor parte de su vida. Desde 1963 es Presidente de la Divine Life Society. Entre sus obras podemos citar:
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