Capítulo I
UN EMPELLÓN Y UN CLAVO
[Caso de Muestra]
Hoy, Gérard Croiset, en su "relación telepática" o "unificación" como dice el profesor Tenhaeff, se identifica emocionalmente con quienes lo consultan. Frecuentemente el sensitivo de Utrecht ve sucesos de las vidas de otros semejantes a algunos ocurridos en la suya propia, especialmente en su infancia.
Por ejemplo, el profesor Tenhaeff llevó una vez a Croiset a visitar a un colega suyo y a su mujer, el doctor y la señora L. El médico dijo en broma al paragnóstico: "¿Puede ver algo del pasado de mi mujer, Croiset?"
Después de concentrar sus penetrantes ojos en la señora L., Croiset dijo rotundamente: "La veo como una niña de unos doce años, con algunas amigas. Está sentada en una verja con ellas. Una de las niñas, bromeando, la empuja a usted por la espalda y usted cae torpemente. Una mala caída. Uno de los clavos de la verja penetró en su bajo vientre." La pasmada mujer y su marido admitieron la verdad de este accidente, que se había verificado veintisiete años antes.
Croiset vio este cuadro porque se asemejaba a un accidente de su propia infancia. Cuando el paragnóstico tenía ocho años, marchaba con un compañero por la parte exterior de una barandilla de un puente de Amsterdam. Su compañero le dio un inesperado empellón y Gérard cayó al canal, después de haber intentado en vano aferrarse de la baranda. "Había una relación asociativa entre una experiencia infantil de la señora L. y Croiset", explica el profesor Tenhaeff. "En las vidas de ambos, un empellón y un clavo desempeñaron un papel".
Fuente: Pollack, J.H.(1967):
"Los Ojos del Milagro. Croiset el Clarividente"
Editorial Sudamericana
P. 40. |