Horizontes Perdidos
una novela
de James Hilton
Code:17A55/Shambhala/Hilton/LostHorizon/EMM.SceniaReview
- ¿Es usted el señor Conway? —preguntó en excelente inglés...
-Yo soy...
- Es un verdadero placer para mí, señor Conway. Le he mandado buscar porque creí que será conveniente para ambos que hablásemos. Siéntese a mi lado y no tenga miedo.
Soy muy viejo y no puedo hacerle mal alguno.
1er contacto del Gran Lama y Hugh Conway.
I.- Presentación.-
*** Shangri-La de James Hilton es una aproximación literaria al Santuario Espiritual de Shambhala, de las enseñanzas tántricas y kalachákricas, en su doble aspectualización: científica y espiritual. Refleja, por lo tanto, muchas de las circunstancias y los rasgos que se le atribuyen a esta ciudad, como son: la ubicación septentrional, su condición de retiro, su auto-ocultamiento y apertura discrecional; el pluralismo creencial de sus ciudadanos y el gobierno de la sabiduría. Sin embargo, como toda aproximación —particularmente cuando no se dispone de un contacto íntimo con el referente — puede que sea insuficiente si no deficiente.
*** Esto último debería de tenerse muy en cuenta, máxime cuando asistimos a la reticencia que, en otro contexto (1), ofrece el Lama a Nikolai Roerich en el momento en que el gran sabio y explorador le entrevista:
«Pero vosotros, los occidentales, no sabéis nada de Shambhala, no deseáis saber nada. Probablemente preguntáis sólo por curiosidad; y pronunciáis esta palabra sagrada en vano».(1)
*** Y la advertencia que le propina con respecto del tratamiento de los temas sagrados:
- Lama, me parece que hablas de Maitreya, ¿no es así?
- «¡No debemos pronunciar este misterio! Hay mucho que no puede ser revelado. Hay mucho que no puede ser cristalizado en sonido. Con el sonido revelamos nuestros pensamientos. Con el sonido proyectamos nuestro pensamiento en el espacio y el resultado puede ser el mayor de los daños. Porque todo lo que se divulga antes del momento destinado desencadena un daño incalculable. Hasta pueden provocarse las mayores catástrofes con estos actos tan atolondrados. Si Rigden Gyeppo y el Santo Maitreya son uno y el mismo para ti, que así sea. ¡Yo no lo he dicho! (1)
*** En estos tiempos en los que la espiritualidad se ha convertido en una mercancía más para satisfacción de las mafias del alma (la terminología es de Osho), creemos necesario compartir la lectura de estos textos con la debida actitud —respetuosa, abierta y moderadamente crítica, para parafrasear al venerable Chang.
*** Horizontes Perdidos es una novela muy a propósito para un público occidental que no se ha dado tiempo para adentrarse en el pensamiento, la cultura esotérico-espiritual y la forma de vida del Asia Central, pero que está interesado, en estos tiempos de Aldea Global, en introducirse con sutilidad de espíritu en estos temas. Otra de sus virtudes es reflejarnos nuestra deficiencia y urgente necesidad de educación intercultural, cuya falencia hoy por hoy puede devenir shock. La obra fue la base literaria para las películas del mismo nombre:
Lost Horizon, 1937 —original—, protagonizada por Ronald Colman (Hugh Conway), con la dirección de Frank Capra. Y
Lost Horizon, 1973 —remake—, protagonizada por Peter Finch (Hugh Conway), con la dirección de Charles Jarrott.
Para la elaboración de este trabajo nos hemos basado en la obra:
Hilton, James: Horizontes Perdidos. ▲
Nota (1): En: Shambhala, la Resplandeciente, de Nikolai Roerich. |