[Estudios Sapienciales] Code:17A53/SappiensLit/Gilgamesh
Ir a: [Cap. 1] [Cap. 2] [Cap. 3] [Cap. 4] Gilgamesh y Enkidu alcanzan el Bosque del Cedro y matan a Humbaba. *** Entonces Enkidu dijo a Gilgamesh: "Estemos en nuestro camino. Sígueme, y no tengas miedo en tu corazón. Conozco el camino que Humbaba recorre y el lugar donde vive". *** Gilgamesh, Enkidu y los hombres jóvenes caminaron una distancia que usualmente tomaría seis semanas en sólo tres días. Después de sesenta millas, se detuvieron para comer. Cuando hubieron viajado otras noventa millas, se prepararon para pasar la noche. Luego, ante el radiante Shamash cavaron un pozo. Ellos caminaron 150 millas cada día y cruzaron siete montañas. Finalmente llegaron a la puerta del Bosque del Cedro, la cual era guardada por un vigilante de Humbaba, a quien mataron. *** Allí Gilgamesh cayó en un profundo sueño. Enkidu dio un empujoncito al cuerpo del rey, pero él no despertó. Habló a Gilgamesh, pero él no respondió. "¡Oh, Gilgamesh", Enkidu lloró ", ¿cuánto tiempo estarás aquí dormido? Los hombres jóvenes de Uruk que nos han acompañado te están esperando en la base de la Montaña del Cedro!" *** Al fin Gilgamesh escuchó las palabras de Enkidu y se levantó rápido. Se paró sobre la tierra como un gran toro, puso su mano al suelo, y mordió el polvo. Luego permaneció erecto y se vistió con palabras de heroismo como si estuviera poniéndose su vestidura. "¡Por las vidas de mi padre, Lugalbunda, y mi madre, Ninsun, quienes me dieron la vida", Gilgamesh juró, "no regresaré a la amurallada ciudad de Uruk hasta que haya entrado al Bosque del Cedro en la Tierra de los Vivos y haya luchado con Humbaba, sea él un hombre o un dios! ¡Por las vidas de mi padre, Lugalbanda, y mi madre, Ninsun, quienes me dieron la vida, que logre yo tal gloria, que todos los que miren hacia mí vean mis proezas con asombro! *** "Llamemos a los hombres jóvenes y apresurémonos, Enkidu", continuó Gilgamesh. "Queremos encontrar a Humbaba antes de que él viaje más allá de nuestro alcance". *** Enkidu respondió: "¡Oh, no nos internemos mucho en el Bosque del Cedro! Cuando abrí esta puerta, mis manos se tornaron débiles. ¡No tengo más la fuerza para protegerte a ti o a mí mismo!" *** "No temas, Enkidu", aseguró Gilgamesh a su amigo, "Tú sabes cómo luchar, y tienes experiencia en batalla. Si sólo tocaras mi vestidura, no tendrás miedo a la muerte, y tus manos y tus brazos recuperarán su anterior fuerza". *** "Ahora, ven!" ordenó Gilgamesh. "Avancemos y enfrentemos juntos esta aventura. Sed de buen coraje! Cuando nos hallemos cara a cara con Humbaba, si tenemos miedo, conquistaremos nuestro miedo. Aún si sentimos terror, conquistaremos nuestro terror. El hombre que camina al frente se protege a sí mismo y a sus compañeros. Incluso si muere en el proceso, ha hecho un nombre duradero para sí mismo. El hombre que es cobarde no está en paz consigo mismo y nada deja atrás para darle un buen nombre". *** Ellos se encontraron a sí mismos en la Montaña Verde. Sin conversación adicional, permanecieron calmos y miraron a su alrededor. Cuando vieron la entrada al Bosque del Cedro, notaron la tremenda altura de los árboles de cedro. Vieron que el camino que Humbaba estaba acostumbrado a caminar era recto y despejado. Miraron la Montaña del Cedro, que era el hogar de los dioses celestiales. La faz de la montaña estaba cubierta con una lujuriosa sábana de árboles de cedro imponentes, dispensadores de sombra. *** Esa noche, Gilgamesh despertó a Enkidu a medianoche y le dijo: "He tenido un sueño extraño, Enkidu. Una montaña se desmoronó y cayó sobre mí. Luego un hombre de gallarda presencia apareció. Él me arrastró montaña abajo, me dio de beber agua, y luego me ayudó a levantarme sobre mis pies". *** Enkidu respondió: "Tu sueño es bueno, Gilgamesh. Humbaba es la montaña que cayó sobre ti. Nosotros lo prenderemos, lo mataremos y arrojaremos su cuerpo sobre el llano". *** Al día siguiente, cuando habían caminado sesenta millas en el Bosque del Cedro, se detuvieron para comer. Después de otras noventa millas, se prepararon para pasar la noche. Entonces cavaron un pozo ante Shamash. Gilgamesh se aproximó a la montaña con una ofrenda de fina comida y dijo: "Montaña, traeme un sueño". *** Gilgamesh cayó dormido con la cabeza sobre sus rodillas. Una vez más se encontró completamente despierto en medio de la noche. "Enkidu, amigo mío", dijo: "¡He tenido un espeluznante sueño! ¡Es tan perturbador que de seguro no es favorable! Soñé que prendí un toro salvaje de los llanos. Cuando lo cogí, el toro agitó tanta suciedad que el polvo volvió oscuro el cielo. Luego el toro me prendió y consumió mi fuerza yo fui forzado a retirarme ante él. ¡Pero una vez estuve a su merced, el toro me dio alimento para comer y agua de su cantimplora para beber!" *** Enkidu respondió: "El toro salvaje de tu sueño, amigo mío, es realmente el celestial Shamash. Cuando necesitemos de su ayuda, él sostendrá nuestras manos. Es él quien te permitirá beber de su cantimplora. Él te observa, y te traerá honor. En tu sueño, el radiante Shamash nos está incitando a cumplir una cosa que será recordada después de que nosotros hayamos muerto. ¡Ciertamente la obra debe ser matar al monstruoso gigante Humbaba!" *** Gilgamesh dijo entonces a Enkidu: "Cuando nos aproximemos a Humbaba, ¿qué haremos con sus sirvientes?" *** Enkidu respondió: "Amigo mío, primero captura a la madre ave, porque sin su madre, ¿dónde pueden ir las crías? Entonces, matemos primero a Humbaba. Podemos encontrar y matar a sus sirvientes después, porque como las crías, ellos correrán frenéticamente en el pasto". *** Gilgamesh escuchó el consejo de su amigo. Con el fin de atraer la atención de Humbaba, levantó su hacha y taló uno de los cedros. *** Aunque ellos estaban más de dos millas de distancia de la casa de cedro de Humbaba, el gigante escuchó el ruido y se puso furioso. Dejó su casa y fijó su ojo, el ojo de la muerte, sobre los dos amigos. Agitó su cabeza en señal de advertencia y rugió: "¿Quién ha venido aquí? ¿Quién está dañando los preciosos árboles que crecen sobre mis montañas? ¿Quién ha talado uno de mis cedros?" *** Al sonido del rugido de Humbaba, Gilgamesh repentinamente tembló con temor. Enkidu vio el terror en su corazón y le dijo: "¡Amigo mío, recuerda las palabras que hablaste a la gente de Uruk! ¡Recuerda por qué hemos hecho este viaje! ¡Ahora permite que el coraje entre en tu corazón, y prepárate para matar a este monstruoso gigante!" *** Gilgamesh reunió su coraje y vociferó a Humbaba: "¡Yo, Gilgamesh, rey de Uruk, he talado tu cedro! Por las vidas de mi padre, Lugalbanda, y mi madre, Ninsun, que me parió. He venido al Bosque del Cedro en la Tierra de los Vivos con el objeto de pelear contigo hasta la muerte y erradicar toda la maldad de la tierra!" *** Entonces Shamash desde lo alto en el cielo habló a Gilgamesh y Enkidu. "Aproxímense a Humbaba, y no tengan miedo. Sólo no permitan que entre en su casa". Acto seguido, Shamash lanzó poderosos vientos sobre Humbaba. Ocho vientos surgieron contra el fiero gigante y le abatieron desde todos los lados para que fuera incapaz de moverse en cualquier dirección: el gran viento, el viento del norte, el viento del sur, el torbellino, el viento tormentoso, el escalofrío, el viento tempestuoso y el viento caliente. *** Mientras tanto, Gilgamesh, Enkidu y los hombres jóvenes empezaron a talar los cedros, recortar sus coronas, atarlos y tenderlos al pie de la montaña. Cuando Gilgamesh hubo tumbado el séptimo cedro, se encontró cara a cara con Humbaba. *** Gilgamesh empujó al monstruoso gigante contra la pared de su casa y gentilmente le dio una bofetada como si estuviera presionando un beso sobre él. *** Los dientes de Humbaba temblaban de miedo al tiempo que oraba: "¡Celestial Shamash, ayúdame! No conozco ni a mi madre, que me trajo al mundo, ni a mi padre, que me crió. ¡En esta Tierra de los Vivos, tú eres quien mi madre y mi padre ha sido! *** "¡Gilgamesh!" Humbaba suplicó en ese momento. "Te juro por la vida en el cielo, la vida sobre la tierra y la muerte en el mundo inferior que yo me sujetaré a ti y me volveré tu sirviente. Te dejaré cortar mis árboles e incluso construir casas con ellos". *** Cuando escuchó las súplicas de Humbaba, Gilgamesh sintió piedad por el gigante. A Enkidu dijo el rey "¿No debo permitir que el pájaro atrapado huya de la jaula? ¿No debo permitir que el hombre capturado retorne a su madre?" *** Enkidu dijo a Gilgamesh: "¡No escuches las súplicas de Humbaba! No permitas que te hable sobre liberarle, porque él es un enemigo hábil y peligroso. ¡Él no debe permanecer vivo! El malvado demonio Muerte devorará incluso al más grande de los seres humanos si no usa un buen juicio. ¡Te aseguro que si permites que el pájaro atrapado huya de la jaula, si permites que el hombre capturado retorne a su madre, luego más que seguro tú no retornarás a Uruk y a la madre que te trajo al mundo!" *** "Enkidu", se quejó Humbaba, "¡tú eres sólo un sirviente pero has hablado malas palabras sobre mí!" *** Sin embargo, Gilgamesh escuchó el sabio consejo de Enkidu. Tomó su hacha, el "poder del heroismo", y espada de su cinturón. Entonces golpeó a Humbaba sobre el cuello. Enkidu también golpeó al monstruoso gigante sobre el cuello. Con el tercer golpe Humbaba cayó al piso, y Enkidu rebanó su cabeza. Por seis millas a la redonda, los cedros hicieron eco del sonido del cuerpo de Humbaba golpeando la tierra. Gilgamesh y Enkidu quedaron sorprendidos de que ellos realmente habían matado al guardián del Bosque del Cedro de El Líbano. *** Luego Gilgamesh prosiguió [su internalización] en el bosque, donde taló los cedros de Humbaba. Los hombres jóvenes de la amurallada ciudad de Uruk los cortaron y ataron, preparándose para su retorno a la ciudad.
Gilgamesh es una épica de la literatura Universal. [Leer Comentarios] [Hacer Comentarios] [Volver al índice] Ir a: [Cap. 1] [Cap. 2] [Cap. 3] [Cap. 4] Derechos Reservados ©2008 URANIA SCENIA & ITIPCAP |
---|